La Cuádruple Narración Evangélica
I. Los cuatro Evangelios
LA INSPIRACION ha suministrado cuatro relatos,
que dependen en cierta medida uno del otro, de la vida y las enseñanzas de
nuestro Señor Jesús. Cada uno de los cuatro Evangelios tiene sus propias
características distintivas; cada uno destaca algunos aspectos de la vida y las
enseñanzas de Jesús; cada uno hace una contribución original al conjunto del
relato evangélico. Además, cada relato indudablemente fue escrito teniendo en
cuenta un propósito específico que determinó la distribución de su material,
distribución que a veces es cronológica y otras, temática.
Para captar un
cuadro completo del relato evangélico es necesario combinar las cuatro
narraciones, convirtiéndolas en una crónica unificada y cronológica. El orden
en que se presentan los acontecimientos, y que hace posible combinar
exactamente dichos relatos, se llama "Armonía de los Evangelios". Menos
de cincuenta años después de la fecha cuando se sabe que los cuatro Evangelios
ya circulaban juntos poco después de 125 d. C., Taciano
combinó los cuatro relatos en uno llamado Diatesarón [o Diatessaron]
(c. 170 d. C.; ver p. 123). Desde la aparición de esta primera "Armonía de
los Evangelios" se ha intentado muchas veces poner en orden cronológico
los sucesos de la vida de nuestro Señor.
Aunque existe
concordancia entre los cuatro relatos evangélicos, y aunque los cuatro tienen
mucho en común, hay por lo menos tres problemas cronológicos que demandan
solución. Estos problemas se deben en gran medida al hecho de que cada
Evangelio registra ciertos sucesos que no se relatan en los otros, y también a
que los mismos hechos que se registran en más de un Evangelio no siempre
aparecen en el mismo orden. Estos tres problemas principales son: (1) Cómo
determinar la duración del ministerio de Jesús;(2) cómo coordinar su ministerio
en Judea
-registrado únicamente
por Juan- con su ministerio en Galilea según los sinópticos (nombre que
generalmente se da a los tres primeros Evangelios: Mateo, Marcos y Lucas); (3)
cómo correlacionar los sucesos de su ministerio en Perea relatado sólo por
Lucas, con otros acontecimientos del mismo período registrados por los
escritores de los otros Evangelios. No es nuestro propósito tratar los diversos
problemas que se presentan al organizar una Armonía de los Evangelios.
Debido a las
diferencias de opiniones en cuanto a la forma de correlacionar el Evangelio de
Juan con los sinópticos, algunas armonías de los Evangelios omiten a Juan. Las principales
armonías griegas son las de Burton y Goodspeed (A
Harmony of the Synoptic Gospels in Greek) y la de Albert Huck (Synopsis of the
First Three Gospels, reimpresa en 1949). La
armonía editada por Kurt Aland
y publicada por las Sociedades Bíblicas Unidas es probablemente la mejor. Su
original está en griego. La edición más asequible es Synopsis
of the Four Gospels, 6.a edición, totalmente revisada en 1983. La obra
New Gospel Parallels,
editada por Robert Funk y publicada por Fortress Press en 1985 es excelente. El primer tomo contiene la
armonía de los sinópticos; el segundo tomo relaciona a Juan con los sinópticos.
En castellano se
ha publicado la obra Una armonía de los cuatro Evangelios que fue escrita
originalmente en inglés por A. T. Robertson, y traducida y arreglada por F. W.
Patterson y Arturo Parajón D. Las notas del Apéndice,
que añaden valor a esta obra, fueron traducidas por el Prof. Ildefonso Villarello. Fue editada por la Casa Bautista de
Publicaciones en 1971, y consta de 259 páginas.
Cada uno de los
cuatro Evangelios, según lo ya dicho, contribuye en algo particular al relato
evangélico, y de ese modo a la armonía de los Evangelios. El debido
conocimiento de las características peculiares de los Evangelios no sólo los
hace individualmente más inteligibles y significativos, sino que contribuye a
una comprensión más plena y al mejor aprecio del relato evangélico en su
conjunto. Los siguientes hechos relativos a cada uno de los Evangelios son
especialmente dignos de tenerse en cuenta en la preparación de una armonía.
Mateo
El autor del primer Evangelio fue testigo
ocular de los sucesos que ocurrieron durante aproximadamente la segunda mitad
del ministerio de Jesús. Su relato es en extensión y plenitud sólo menor al de
Lucas. De los 179 sucesos que hay en la Armonía de los cuatro Evangelios que
presentaremos, Mateo tiene 95, o sea 53 por ciento, y de ésos, 14 son exclusivos
de él. Mateo tiende a agrupar los acontecimientos por orden de temas, y por eso
su relato con frecuencia se desvía de una línea cronológica exacta. Mateo es,
por excelencia, el reportero de los sermones de Jesús y otros discursos, como
el Sermón del Monte (cap. 5-7), las instrucciones dadas a los doce (cap. 10),
el sermón junto al mar (cap. 13), las enseñanzas del último día en el templo
(cap. 21 - 22) y el regreso de nuestro Señor (cap. 24-25). Mateo presenta 21 de
las 40 parábolas narradas por los escritores de los Evangelios, y 20 de los 35
milagros.
Marcos
Hasta donde se sepa, Marcos no fue testigo
ocular de los sucesos que describe. Se cree generalmente que narra la vida de
Cristo tal como la oyó de labios del apóstol Pedro (ver pp. 551-552). Marcos
relata 79 eventos (44 por ciento) de los 179 que se hallan en la Armonía de los
Evangelios (pp. 186-193), casi tantos como Mateo, pero en menos de dos terceras
partes de la extensión de Mateo. Marcos relata 18 de los 35 milagros de Jesús,
pero sólo 6 de las 40 parábolas. Es evidente que el propósito de Marcos fue
informar lo que hizo Jesús, y no lo que dijo. El Evangelio según Marcos, a
falta de un término exacto, podría ser llamado "una breve biografía de
nuestro Señor". Sigue un orden cronológico mucho más exacto que Mateo. El
parecido entre estos dos Evangelios es muy grande. Marcos también tiene mucho
en común con Lucas; pero Mateo se parece menos a Lucas que Marcos.
Lucas
Como el autor lo dice específicamente (ver
com. cap. 1: 1-4), no fue testigo ocular de los acontecimientos que describe. Su
Evangelio es más extenso y más completo que cualquiera de los otros. Lucas
registra 118 de los 179 sucesos de la Armonía, o sea 66 por ciento. De éstos,
43 son narrados exclusivamente por Lucas. Se refieren principalmente a la
infancia y niñez de Jesús (cap. 1-2) y al período de su ministerio en Perea
(cap. 9:51 a 18:34), al cual Lucas dedica 31 por ciento de su extensión. El
orden que sigue es más cronológico que el de Mateo, pero no tanto como el de
Marcos y, menos aún que Juan. Lucas presenta 26 de las 40 parábolas y 20 de los
35 milagros (ver p. 183). Desde un punto de vista histórico, Lucas es más
completo que los otros tres Evangelios. Ocupa el primer lugar por su extensión,
por ser más completo, por su enfoque, y por el número de milagros y de
parábolas que presenta.
Juan
El Evangelio de Juan es casi enteramente
diferente, en su alcance y contenido, de los Evangelios sinópticos. Aunque el
autor del cuarto Evangelio fue testigo ocular de la vida y ministerio de Jesús
desde el principio hasta el fin, menciona sólo 48 de los 179 sucesos que se
presentan en la Armonía (27 por ciento), mucho menos que cualquiera de los
otros (ver los cap. 20: 30-31; 21:25); pero de esos 48 sucesos 31 son
exclusivos de Juan. Si no fuera por el relato de Juan, casi no tendríamos
información del primer año del ministerio de Jesús dedicado principalmente a
Judea. Y lo que es aún más importante, Juan es el único de los escritores
de los Evangelios que parece seguir una secuencia estrictamente
cronológica desde el principio hasta el fin, y así proporciona una estructura
que hace posible calcular la duración aproximada del ministerio de Jesús (ver
p. 183).
Teniendo delante de él todo el panorama
de la vida de Cristo y de su ministerio, escogió, ante todo, los hechos
cruciales y culminantes. Pero en cada caso muestra mayor interés en el
significado del acontecimiento que en el acontecimiento mismo, como se ve en
cada discurso respectivo. Juan, como Mateo, pero sin duplicación,
presenta varios discursos con bastante extensión; sin embargo, los que registra
Mateo tratan principalmente del reino de los cielos y del carácter de sus
súbditos, en tanto que los de Juan tienen que ver casi exclusivamente con la
naturaleza de Jesús como el Hijo de Dios encarnado y con el propósito de su
misión terrenal. Juan no es un informador de sermones como Mateo, o un
biógrafo como Marcos, o un historiador como Lucas, sino, por sobre todo, un
teólogo cuya visión inspirada lo indujo a presentar a Jesús como el Hijo de
Dios encarnado.
En la introducción de cada uno de los
Evangelios se hallará más información sobre éstos. En las pp. 170-173 hay un
estudio de ciertas teorías en cuanto a la mutua relación de los Evangelios.
Los siguientes datos son importantes en la
preparación de una Armonía de los Evangelios:
Mateo
Marcos
Lucas Juan
1. Extensión en
pp. (RVR)
36,52*
23,04
39,01 27,53
2. Cantidad de
sucesos que abarcan (basados en los 179 sucesos de la
Armonía):
Cantidad de
sucesos
95
79
118 48
Porcentaje del total
53%
44%
66% 27%
3. Secciones
registradas en forma exclusiva (de las 179 de la
Armonía):
Cantidad de secciones 14 1 &