El atardecer y la noche de la Iglesia
"Las siete iglesias que están en Asia"
(vers. 1).
Anatoliaes el nombre dado por los geógrafos a la penínsulaocupadahoy por Turquía. El
corazón de estapenínsulaes un altiplano que, por el lado oeste, acabaen una zona montañosaque
cruza la penínsulade norte a sur. Atravesando esa zona, el viajero del este empieza adescender a lo
largo de uno de losmuchos valles paraencontrarse con una costa próspera y fértil. Toda la región,
desde lasmontañas hastael Egeo, constituía antiguamente laprovincia romana llamadaAsia.
En los primeros tiempos de laera cristiana, el mensaje de la cruz empezó a echar raíces en Asia y
pronto empezó adar abundantes frutos. Al principio le su segundo viaje misionero el apóstol Pablo
quiso dirigirse aAsia, pero nos sorprendemos al notar que el Espíritu Santo no se lo permitió (Hech.
16:6). Sin embargo, vemos que aun antes de terminar ese mismo viaje, Pablo había logrado su anhelo de
visitar laprovincia, pues cuando veníade regreso en camino hacia Jerusalén, pasó por Éfeso, unade las
principales ciudades. En esaocasión, su estancia fue corta. Se reunió con los judíos en la sinagoga y les
dejó lapromesade volver (Hech. 18:19-21).
Finalmente, al iniciar su tercer viaje, el apóstol apresuró sus pasos para llegar a Asia, y esta vez
no había ninguna voz que se lo impidiera. Durante tres años (Hech. 20:32) —más tiempo que el que
permanecieraen cualquier otro lugar durante suministerio—Pablo hizo de Éfeso el centro de sus
labores para evangelizar toda laprovincia.
La extrañaprohibición del Espíritu Santo que impidió su visitaaAsiaen la primeraocasión
constituye, tal vez, un testimonio indirecto de lomuy fructífero que seríaeste campo. Si hubiese ido
primero a Asia, es posible que lapredicación del evangelio en Europa se hubierademoradomuchomás,
pues Asia iba a absorber el tiempo completo de muchosmisioneros durante los siguientes años.
Cuando al fin Pablo salió de Asiaparano volver, el joven Timoteo quedó a cargo de la creciente
obra. Aquila y Priscila también fueron activos en el ministerio como fervientes laicos. Apolos, ymás
tarde el mismo Juan, trabajarían en Éfeso.