LECCIÓN
18
COMPARTIENDO LA ESPERANZA
¿Sabes cuál es la diferencia entre un arroyo y un pantano? El arroyo es una fuente de agua que fluye
continuamente, mientras que el pantano es un lago de agua estancada. Es una ley de la vida, todo lo que
recibes y no compartes, te destruye, tarde o temprano. Lo mismo sucede en la vida espiritual. Necesitas
compartir el evangelio que te transformó, para crecer en tu nueva experiencia.
Aparte, cuando experimentas algo nuevo y positivo, tu reacción natural es compartirlo con aquellos que
tienen la misma necesidad que tú tuviste. El siguiente caso lo ilustra. ¿Qué hizo la mujer samaritana des-
pués de encontrarse con Jesús?,
“Entonces la mujer dejó su cántaro, y
fue a la ciudad, y dijo a los hom-
bres: Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?
Entonces salieron
de la ciudad, y vinieron a él”
(Juan 4:28-30).
El primer impulso de un corazón regenerado es contar a otros lo que Jesús hizo en tu vida. Pero a veces,
la tendencia humana es solo disfrutar del evangelio. ¿Qué le dijo Jesús al gadareno cuando él quiso acom-
pañarlo?,
“Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con
él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo:
Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas
el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.
Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis
cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban”
(Marcos 5:18-20).
La testificación empieza por los tuyos. Amigos, parientes, compañeros de trabajo, vecinos, en fin. ¿Qué
hicieron los amigos del paralítico al verlo sufriendo?,
“Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico,
que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud,
descubrieron el
techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico
”
(Marcos 2:3, 4).
De alguna manera, tú y yo podemos ser manos que ayuden a los que están en mayor necesidad. El mun-
do necesita de Cristo y de su amor, y tú y yo debemos darlo a conocer, así como nos lo dieron a conocer
a nosotros. Pero esto no nace de manera natural en nosotros. Jesús dice que debe ser así. ¿Qué orden
dio Jesús a sus discípulos antes de regresar a los cielos?:
“Y les dijo:
Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura
”
(Marcos 16:15)
. El evangelio es para todos. Todos deben saber que Cristo salva
y que es la única esperanza que tiene la humanidad.
Predicar el evangelio es traer personas para Cristo. ¿Cuál es la mejor manera de acercarse a las perso-
nas?,
“
En todo tiempo ama el amigo,
y es como un hermano en tiempo de angustia”
(Proverbios 17:17)
.
Pero para decir a otros acerca de Jesús, es necesario andar entre la gente. ¿Cómo se acercaba Jesús
a las personas?, Cristo
“…
anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos
por el diablo, porque
Dios estaba con él”
(Hechos 10:38).
¿Qué deben hacer sus verdaderos seguidores?,
“El que dice que
permanece en él,
debe andar como él anduvo”
(1 Juan 2:6).
¿Qué promesa te hace Dios si compartes tu fe?,
“Irá andando y llorando el que lleva la preciosa
semilla; mas
volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”
(Salmo 126:6).
Seguro que cuando
compartas con otros tu fe y des testimonio a otros de cómo Dios transformó tu vida, serás la persona
más feliz y realizada de la tierra.
!
"#$#%
&'()!
!"#$%&