Página 6 - Jess la gran esperanza

Versión de HTML Básico

LECCIÓN
3
Hoy estudiaremos la esencia del carácter de Dios. La Biblia afirma que Dios es amor. Y si Dios es eterno,
entonces el amor de Dios por ti también es eterno. No acaba nunca. Ese amor debe conquistar tu corazón
e inspirarte a andar en los caminos del Señor. En otras palabras, darte esperanza.
Siempre el carácter es determinante para generar en el corazón sentimientos de afecto o de rechazo
hacia una persona. En el caso de Dios, su carácter es lo que atrae al hombre. ¿Cuál es la esencia del
carácter de Dios?:
“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque
Dios es amor”
(1 Juan 4:8).
En estas
palabras tan sencillas, el escritor bíblico dice quién es realmente Dios. Alguien que nos ama inténsamente.
¿Qué declaración de amor te hace Dios en su Palabra?:
“Jehová se manifestó a mí hace ya mucho
tiempo, diciendo:
Con amor eterno te he amado
; por tanto, te prolongué mi misericordia”
(Jeremías
31:3).
La misericordia es el afectuoso amor que Dios siente por ti. En realidad esto conforta al corazón y
trae esperanza a quien no la tiene.
En el caso de nuestro Señor Jesucristo, ¿qué te dice Él respecto de su amor por ti?:
“Como el Padre
me ha amado, así también
yo os he amado
; permaneced en mi amor”
(Juan 15:9).
De igual manera que
el Padre te ama, su Hijo te ama con un amor infinito e incomprensible para el hombre.
Ahora, ¿necesitas amar a Dios para que Él te ame?
1 Juan 4:10
dice:
“En esto consiste el amor:
no en
que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros,
y envió a su Hijo en propiciación
por nuestros pecados”.
Por causa del pecado, tú y yo no tenemos inclinación a amar a Dios, por lo tanto,
Dios es quien toma la iniciativa y viene a nosotros, porque nos ama. Debido a ese amor maravilloso, ¿qué
tipo de relación quiere tener Dios contigo? En este respecto, dice
1 Juan 3:1
,
“Mirad cuál amor nos ha
dado el Padre,
para que seamos llamados hijos de Dios;
por esto el mundo no nos conoce, porque no
le conoció a él”.
Siendo que él es nuestro Padre, en su amor nos trata como hijos. ¿Tú crees que ese Padre querido puede
amarte aunque seas un pecador?
Romanos 5:8
dice que sí. Veamos:
“Mas Dios muestra su amor para
con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros
”.
Esto queda de manifiesto en el trato que el Señor dio a nuestros primeros padres al principio de este
mundo. Cuando Adán y Eva pecaron, ¿el Padre los abandonó, o ellos se apartaron del Padre? Cuando
leemos
Génesis 3:8-10
, nos enteramos quién abandonó a quién:
“Y oyeron la voz de Jehová Dios que
se paseaba en el huerto, al aire del día; y
el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová
Dios
entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él
respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y
me escondí
”.
Observa que
el pecado no separó a Dios de Adán. Fue Adán él que se escondió de Dios. Eso es lo más terrible. El
pecador no quiere la presencia de Dios.
¿Qué podrías hacer para que tu divino Padre deje de amarte? En realidad, nada. Esto es lo que dice
Romanos 8:38 y 39,
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni prin-
cipados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo,
ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de Dios,
que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.
AMOR Y ESPERANZA
!
"#$#%
&'()!
!"#$%&