Page 145 - Vengo en Breve1

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declara que “la paga del pecado es muerte” (Rom. 6:23), y no que se tenga que vivir
eternamente entre las llamas.
Pero cabe la pregunta: ¿Por qué emplea Dios un lenguaje tan fuerte?
Una dramática advertencia
Está ampliamente demostrado que Dios no hace nada por gusto ni por casualidad, y
cuando habla no es sólo por hablar. ¿Con qué propósito, pues, la profecía del tercer ángel emplea
un lenguaje tan impresionante? Con esta pregunta estamos indagando el significado y objeto de la
profecía. Estamos tratando de saber cuál es el mensaje que el Señor ha querido transmitir con
estas palabras.
Para la mente posmoderna ya no hay blanco ni negro, sino que todo es gris. Lo que antes
se llamaba pecado, hoy es una falta de adaptación social. La verdad ya no es verdad, ni el error es
error, sino que tanto la verdad como el error son simplemente diferencias de opinión acerca de las
cosas.
Este fenómeno tal vez no sería muy alarmante si se tratara de asuntos de poca
trascendencia como cuestiones políticas o alguna filosofía pasajera. Pero no ocurre así. El
concepto ha llegado a imperar también en asuntos de religión. (201)
Sin embargo, este estado de cosas no nos debe extrañar; los profetas predijeron
especialmente que en los últimos días se armaría un engaño culminante en materia de
religión. Por esto, todo se está volviendo borroso e indefinido, porque para engañar es
necesario confundir.
En esta situación, no hay que esperar que el enemigo se presente tal cual es y diga:
“Buenos días, yo soy el diablo”. Al contrario, la Biblia declara que "se disfraza como ángel
de luz” (2 Cor. 11:14). En la persona de sus agentes “se sienta en el templo de Dios como
Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Tes. 2:4). El Salvador no dijo que en los últimos días
vendrían falsos demonios, sino “falsos cristos, y falsos profetas” (Mat. 24:24). Ellos, por
supuesto, no van a echar humo por la nariz ni espuma por la boca, ni aparecerán con
cuernos en la cabeza. Van a presentarse muy bien vestidos, ostentando gran amabilidad y
devoción. Aparentemente ayudarán a mucha gente, haciendo grandes milagros para
sanarla y resolver sus problemas (ver Mat. 24:24).
Precisamente en esto tenemos la respuesta a nuestra pregunta. ¿Por qué Dios nos
ha enviado un mensaje tan enérgico? Es porque nos ama y sabe cuán grande es la
confusión que nos rodea. Conoce bien el peligro. El mensaje del tercer ángel es su grito de
alarma. “¡Alto! ¡Peligro! ¡No sigas más por este camino!” Por esto no dice simplemente:
“Creo que más o menos sería bueno ser fieles a Dios”.
En los últimos días el enemigo, desesperado, sacará el arma máxima que tiene en
su arsenal: un decreto de muerte (Apoc. 13:15). No es una alternativa agradable, pero el
mensaje del tercer ángel pone las cosas en perspectiva: No hay que temer lo que puede