Page 174 - Vengo en Breve1

Basic HTML Version

Lo que sucedió en esa primera batalla del “monte de Meguido” representa lo que
ocurrirá en los últimos días tal como hemos notado arriba. De esta manera vemos que
hasta el nombre dado a la última batalla en el libro de Apocalipsis indica que la
destrucción empezará con los falsos dirigentes religiosos. (241)
La destrucción continúa
Pero, según la misma profecía, la obra de destrucción no estará limitada « los
dirigentes. Después de la caída de Babilonia, “las ciudades de las naciones cayeron” (Apoc.
16:19). Asimismo, en la profecía de Ezequiel, después de la matanza de los “ancianos”
empezaron a caer “viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres” (Eze. 9:6). A lo ancho y
largo de la tierra se esparce la obra de destrucción. “Y acontecerá en aquel día que habrá
entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de su
compañero, y levantará la mano contra la mano de su compañero” (Zac. 14:13).
Este aspecto del conflicto es señalado también por el profeta Joel a través de otra
alusión histórica: dice Joel que el conflicto final va a ocurrir en el “valle de Josafat” (Joel
3:2). Se refiere a una batalla histórica que tuvo lugar cuando una triple alianza de naciones
enemigas atacó al pueblo de Dios en los días del rey Josafat. En dicha ocasión, el Señor
salvó a su pueblo, confundiendo a los enemigos y moviendo a los miembros de la alianza a
atacarse entre sí (2 Crón. 20:1-24).
Esto sucederá en el tiempo final cuando las gentes, después de atacar a los
dirigentes religiosos, empiecen a culparse unos a otros de haberlos engañado. Padres e
hijos se vuelven unos contra otros; hermanos y amigos se acusan. Ya nada detiene la
violencia y la mortandad, y los enemigos de Dios se entregan de lleno a una obra de
destrucción mutua.
“He aquí que el mal irá de nación en nación, y grande tempestad se levantará de
los fines de la tierra. Y yacerán los muertos de Jehová en aquel día desde un extremo de la
tierra hasta el otro; no se endecharán ni se recogerán ni serán enterrados” (Jer. 25:32,33).
Tal como sucedió con la antigua torre de Babel, el Señor destruyó la alianza y
frustró el propósito de sus enemigos poniéndolos a pelear los unos contra los otros (Gén.
11:7,8). (242)
Esta destrucción mutua de los enemigos de Dios está señalada en la profecía de la
séptima plaga cuando dice que “la gran ciudad Babilonia fue dividida en tres partes”
(Apoc. 16:19). “Babilonia” es la triple alianza, y las “tres partes” son sus integrantes. Se
dividen cuando empiezan a culparse y atacarse unos a otros.
En resumen, a través de tres alusiones históricas aprendemos cómo sucederá la
batalla final, la Batalla de Armagedón.