ve aquí en la profecía de la séptima trompeta. Dice que al ángel “se le dio mucho incienso
para añadirlo a las oraciones de todos los santos” (vers. 3).
Jesucristo es el sumo sacerdote en el santuario celestial (l Tim. 2:5; Heb. 4:1416;
8:1,2; 9:11,12; 1 Juan 2:1); y por tanto, es el “ángel” que aparece en esta visión. (130)
“Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del Incienso con las
oraciones de los santos”.
Nuestras oraciones, nuestras ofrendas y buenas obras ascienden como olor grato
ante el trono celestial, pero al pasar por los canales corruptos de la humanidad se
contaminan de modo que no ascienden en inmaculada pureza ante el trono. Es gracias al
perfume del incienso añadido que nuestras oraciones pueden ser contestadas.
2
En
reconocimiento de esto es que oramos siempre en el nombre de Jesús.
El fin de la intercesión.
“Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar,
y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”. Cuando el
incienso se recoge del altar y se esparce es para apagarlo. Una vez apagado el incienso, no
hay más intercesión. Cuando termine la intercesión, se dice acerca de los seres humanos:
“El que es injusto, sea injusto todavía, [...] y el que es justo practique la justicia todavía”
(Apoc. 22:11).
Llegan las calamidades.
Al caer las brasas sobre la tierra, suceden “truenos y voces
y relámpagos y un terremoto” (vers. 5). Se refiere a las calamidades que, según el capítulo
7:1-3, fueron retenidas hasta la conclusión de la obra del sellamiento. Su caída constituye
el “tiempo de angustia” (Dan. 12:1).
A través del proceso de juicio y sellamiento los fieles han sido identificados, la
cizaña ha sido separada y atada en manojos (Mat. 13:24-30, 39-42). Ya luda impide la
caída de las espantosas manifestaciones de la justicia divina (ver Apoc. 16:1-21).
Son las mismas brasas.
Las brasas que despedían el incienso, fragancia de vida
para vida, ahora se vuelcan en la obra de muerte para muerte. La misma justicia divina
que aplazaba los vientos (Apoc. 7:1-3; 2 Ped. 3:9-10) es la que ahora los desata para que
caigan sobre los impenitentes (Heb. 10:28-31). (131)
Las siete trompetas
La profecía de las siete trompetas ha sido interpretada de varias maneras. Se
presenta a continuación un resumen de la profecía de las trompetas y la manera en que
ésta ha sido aplicada a la caída del Imperio Romano y a los tiempos difíciles que siguieron:
3
(132)
Las siete trompetas
Su interpretación