consolidó su posición como cabeza religiosa y política de la Europa occidental (ver Nota
Adicional de Dan. 7) y Satanás estableció su "trono" dentro de la iglesia cristiana. El papado
era y es una combinación maestra de paganismo con cristianismo. Este período bien puede
llamarse la era de la popularidad.
Nombre.
Ver com. vers. 3.
Mi fe.
Es decir, fe en mí. Compárese con los casos de los héroes de la fe cuyos nombres están
registrados en Heb. 11.
Antipas.
Un nombre griego familiar, compuesto de las palabras:
anti,
"en lugar de", y
pas
, forma
abreviada de
patér,
"padre" (cf. com. Luc. 3: 1; 24: 18; ver Josefo,
Antigüedades
xiv. 1. 3).
Este nombre reflejaba la esperanza de un padre de que el hijo así llamado finalmente lo
sustituiría en el mundo. Algunos comentarios sostienen que un cristiano llamado Antipas
había sido martirizado por su fe poco antes en Pérgamo, quizá por negarse a adorar al
emperador. Si así sucedió, el caso y ejemplo de ese fiel mártir pueden considerarse como
típicos de los incontables millares que sufrieron por su fe en siglos posteriores. Aunque es
posible que el nombre tenga una aplicación figurada al período de la historia eclesiástica
correspondiente con Pérgamo, la Inspiración no proporciona ninguna clave evidente en
cuanto a esta aplicación.
Testigo.
Gr.
mártus,
"testigo". Un "mártir" es aquel cuya muerte testifica de su fe. 766
14.
Ti.
Acerca del énfasis del singular, ver com. vers. 2.
Balaam.
Ver Núm. 22-24. La analogía con Balaam sugiere que en Pérgamo había personas cuyo
propósito era dividir y arruinar a la iglesia fomentando prácticas que eran prohibidas para los
cristianos (ver el comentario sobre "cosas santificadas"; cf. com. Hech. 15:29). Balaam
fomentó sus intereses personales, no los del pueblo de Dios.
Tropiezo.
Gr.
skándalon
, el dispositivo que hace saltar una trampa; por lo tanto, "poner tropiezo"
delante de una persona es hacerla caer. Ver com. Mat. 5:29.
Cosas sacrificadas.
El comer estas cosas y la fornicación fueron prácticas prohibidas expresamente por el
concilio de Jerusalén (ver coro. Hech. 15:29; Rom. 14: 1; 1 Cor. 8: 1). Balaam influyó en
Israel para que fornicara "con las hijas de Moab", sacrificara a los dioses moabitas y comiera,
quizá, de la carne sacrificada a esos dioses (Núm. 25:1-2; 31:16).
Estos dos pecados condujeron a una mezcla de paganismo con la verdadera religión. Esta
descripción, aplicada a la historia cristiana, corresponde con la situación de la iglesia en el
período que siguió a la legalización del cristianismo hecha por Constantino en 313 y su