descritos en el cap. 6 hasta que se preparen para la tempestad los que van a mantenerse
firmes en medio de ella. Estas fuerzas destructoras, vistas a la luz del gran conflicto entre
Cristo y Satanás, representan los esfuerzos de Satanás para extender la ruina y la
destrucción por todas partes. Juan vio en la visión simbólica a cuatro ángeles, pero en verdad
se emplean muchos ángeles en la tarea de refrenar los malos designios del enemigo. Estos
ángeles circundan "al mundo... Están reprimiendo a los ejércitos de Satanás hasta que se
haya terminado el sellamiento del pueblo de Dios... Se les da la tarea de mantener a raya el
furioso poder de aquel que ha descendido como león rugiente, buscando a quien devore"
(EGW, Material Suplementario, com. cap. 5:11). Cuando se haya completado la obra del
sellamiento, entonces Dios dirá a los ángeles: "No lidiéis más con Satanás en sus esfuerzos
por destruir. Dejadlo que manifieste su malignidad sobre los hijos de la desobediencia,
porque la copa de la iniquidad de ellos está llena" (EGW, RH 17-9- 1901; cf. 6T408).
Cuando los cuatro ángeles dejen finalmente de retener y controlar los impíos designios de
Satanás, "los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de contención,
se desencadenarán. El mundo será envuelto en una ruina más espantosa que la que cayó
antiguamente sobre Jerusalén" (CS 672).
Sobre la tierra.
Las tres partes que aquí se mencionan -tierra, mar y árboles- destacan la naturaleza
universal de la destrucción que ya se cierne.
2.
Otro ángel.
Además de los cuatro que sujetaban los vientos (ver com. vers. com. vers. 1)
De donde sale el sol.
Entre los judíos, las 798 direcciones se calculaban desde el punto de vista de una persona
que estuviese mirando al este (ver com. Exo. 3: 1). De esta dirección fue de donde Ezequiel
vio la gloria de Dios que entraba en el templo (cap. 43:2-5). La señal del Hijo del hombre
aparecerá en el este (Mat. 24:30; cf. CS 698-699). Por lo tanto, la dirección desde la cual
viene el ángel puede indicar que viene de parte de Dios, que es enviado por él.
Algunos creen que el énfasis no debe ponerse en la ubicación sino en la manera, es decir,
que la venida del ángel se asemeja a la del sol que sale en todo su esplendor. Ver com. cap.
16:12.
sello.
Los sellos se usaron en el Cercano Oriente desde los tiempos más antiguos, así como se
usan las firmas hoy en día. Así se certificaba quién era el autor de un documento, se
indicaba quién era el dueño del objeto sobre el cual se imprimía el sello, o se protegían
objetos como baúles, cajones, tumbas, para que no fueran abiertos o violados. Las
excavaciones arqueológicas han proporcionado centenares de sellos o impresiones hechas
por sellos. Entre ellos hay uno que aparece en el mango (asa) de un jarrón y dice:
"Perteneciente a Eliakim, mayordomo de Joaquín". En Laquis se encontró un sello que dice:
"Perteneciente a Gedalías que está sobre la casa".
El concepto de que Dios coloca una marca sobre su pueblo se remonta a la visión de
Ezequiel, cuando vio a un hombre con tintero de escribano que recibió la orden de poner
"una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las
abominaciones que se hacen" en Jerusalén. Los que tuvieran la marca "en la frente" serían
salvados de la destrucción (Eze. 9:2-6). El concepto del sellamiento también se aplica en