(vers. 4), o a la "gran multitud" (vers. 9). Hay dos opiniones respecto a este punto: (1) Que se
refiere a los 144.000. Los que sostienen esta opinión argumentan que Juan ya conocía la
identidad de la "gran multitud" porque había declarado que provenía de "todas las naciones y
tribus y pueblos y lenguas"; por lo tanto alegan que para que la pregunta del anciano sea
razonable debe referirse a los 144.000. (2) Que se refiere a la "gran multitud". Los que
sostienen esta opinión hacen notar que a partir del vers. 9 comienza una escena enteramente
nueva de la visión, y que una referencia a una escena previa difícilmente sería de esperar a
menos que se la indicase específicamente. Argumentan además que la "gran multitud" no ha
sido identificada más claramente que los 144.000. Finalmente llaman la atención al hecho de
que el anciano habla específicamente de los que están "vestidos de ropas blancas", o sea la
"gran multitud" que se describe con esas vestiduras en el vers. 9. Esta opinión puede
sostenerse ya sea que se piense que la "gran multitud" comprende a todos los redimidos,
incluso a los 144.000, o a los redimidos excluyendo este grupo. Ver HAp 481; GS 707; MC
406.
14.
Gran tribulación.
Literalmente "la 801 gran tribulación". Los que sostienen que los vers. 13-17 se aplican a los
144.000 (ver com. vers. 13) entienden que la tribulación es el tiempo de angustia mencionado
en Dan. 12: 1, que precederá al segundo advenimiento de Cristo. Los que sostienen que los
vers. 13-17 se refieren a la gran multitud, aplican la "gran tribulación" en forma más general a
los diferentes períodos de tribulación que han experimentado los santos a través de los siglos
o, más específicamente, a la tribulación descrita por los símbolos de Apoc. 6 (cf. Mat. 24:21).
Cf com. Apoc. 3: 10.
Han lavado sus ropas.
Se explica por qué sus ropas son puras. Los santos han triunfado no por sus propios medios,
sino a causa de la victoria ganada por Cristo en el Calvario (cf. com. cap. 6:11). Aquí se
demuestra la estrecha relación entre la justicia y la victoria, ambas simbolizadas por las ropas
blancas (cf com. cap. 3:4; cf cap. 1:5). La batalla es contra el pecado; Injusticia es la victoria;
la justicia de Cristo ha ganado la victoria; los pecadores llegan a ser justos y victoriosos al
aceptar la justicia de Cristo.
15.
Por esto.
La justicia y la victoria de estos bienaventurados hace posible que los que componen el grupo
estén continuamente en la presencia de Dios. Si sus ropas no fuesen blancas, no podrían
soportar la presencia divina.
Delante del trono.
Ver com. cap. 4:2. Este grupo está constantemente en la presencia de Dios. Es suyo el gozo
de estar siempre con Aquel que los ha salvado.
Le sirven.
El mayor placer de los salvados es hacer la voluntad de Dios.
Día y noche.
Ver com. cap. 4:8.