que adoran" no son judíos literales adorando en su templo literal, sino los que dirigen su
adoración hacia el templo celestial, donde Cristo ministra a favor de sus hijos (Heb. 8: 1-2).
En un sentido especial y según el contexto de esta profecía, la medición ocurre en un período
específico de la historia de la iglesia.
Los que adoran.
Es decir, el verdadero Israel espiritual, el pueblo de Dios, que contrasta con los "gentiles"
(vers. 2). La medición de los adoradores sugiere una obra de juicio (ver EGW, Material
Suplementario sobre este versículo).
2
El patio.
En el templo de Herodes, que Juan había conocido muy bien, había un patio interior
compuesto por el patio de las mujeres, el patio o atrio de Israel y el atrio de los sacerdotes.
Más allá había un gran patio exterior, el patio o atrio de los gentiles. Una barrera -una "pared
intermedia de separación" (Efe. 2: 14)- separaba el atrio interior del atrio exterior, y no se
permitía que ningún gentil traspasase esa barrera, y si lo hacía, era muerto (ver t. V, pp.
68-69). En vista de que el atrio que aquí se menciona es "dado a los gentiles", parece que
Juan tenía específicamente en cuenta ese gran patio exterior. El patio ha sido considerado
como símbolo de esta tierra, en contraste con "el templo de Dios" en el cielo (vers. 1).
No lo midas.
Juan no debe medir sino a los adoradores de Dios, los que tienen derecho de entrar más allá
de la barrera, donde sólo podían penetrar los israelitas. Los que trazasen ese límite son los
únicos que pueden esperar que serán librados de los castigos finales que caerán sobre la
tierra.
Entregado a los gentiles.
Como sucedía con el atrio de los gentiles del templo de Jerusalén. Puede entenderse que
"gentiles" se aplica a los que no son verdaderos adoradores de Dios, los que no han
declarado que pertenecen al Israel de Dios.
Hollarán.
Este pasaje es paralelo con la descripción de Dan. 7: 7, 23, donde se describe la acción de la
cuarta bestia que "hollaba con los pies" (ver com. Dan. 7: 7-8, 25). Esa bestia actuaba
particularmente contra los "santos del Altísimo" (Dan. 7:25), por eso es lógico entender que la
"ciudad santa" representa al pueblo de Dios.
La ciudad santa Es decir, Jerusalén (Dan. 9: 24; cf. Luc. 21: 20). La entrega del atrio
exterior a los gentiles significa, por extensión, que la ciudad santa es hollada. En cuanto al
significado simbólico de Jerusalén, ver "hollarán".
Cuarenta y dos meses.
Este período es claramente idéntico con el "tiempo, y tiempos, y medio tiempo" de Dan. 7: 25
(ver com. respectivo).
3
Mis dos testigos.
Se han propuesto varias interpretaciones para este símbolo. Las 817 alusiones de los vers.