JUAN EN LA ISLA DE PATMOS *(19)
833 pueden notarse los siguientes: (1) la bestia de Apoc. 13 tenía una "boca que hablaba
grandes cosas y blasfemias" (ver. 5), el cuerno pequeño de Dan. 7 también tenía una "boca
que hablaba grandes cosas" (vers. 8); (2) la bestia actuaría durante "cuarenta y dos meses"
(Apoc. 13: 5; ver com. cap. 12: 6), el cuerno continuaría "hasta tiempo, y tiempos, y medio
tiempo" (ver com. Dan. 7: 25); (3) la bestia haría "guerra contra los santos" y los vencería
(Apoc. 13: 7), el cuerno "hacía guerra contra los santos, y los vencía" (Dan. 7: 21).
Blasfemias.
Ver com. vers. 1; cf. vers. 6, donde se describen con más detalles estas blasfemias.
Actuar.
Gr.
poie
Ç
, "hacer", "ejecutar", "realizar".
Cuarenta y dos meses.
Ver com. cap. 12: 6; cf. cap. 11: 2.
6.
Blasfemias contra Dios.
Usurpando los títulos divinos. Como ejemplos de blasfemias, ver com. Dan. 7: 25.
Su tabernáculo.
Este es el segundo objeto de sus blasfemias. Este poder pretende establecer su templo en la
tierra, desviando así la atención del pueblo del verdadero santuario en el cielo, el "verdadero
tabernáculo", donde Jesús ministra como sumo sacerdote (Heb. 8: 1-2); procura echar por
tierra la obra de este santuario (ver com. Dan. 8: 11; cf. vers. 12-13). El ministerio celestial
del sacrificio de Cristo no se tiene en cuenta, y en su lugar se pone el sacrificio de la misa en
la tierra.
Que moran en el cielo.
El tercer aspecto de la blasfemia del poder papal tiene que ver con los habitantes del reino
celestial. Probablemente se refiere a los miembros de la Deidad y a los que se relacionan
con ellos en el servicio en favor de la humanidad. Esto se ha cumplido en parte en la
pretensión de la Iglesia Católica de tener poder para perdonar pecados, y también al atribuir
a María poderes y virtudes que sólo pertenecen a Cristo. De esta manera la mente de los
adoradores es desviada de la obra mediadora celestial de Jesús y dirigida al confesionario en
la tierra.
La cabeza papal también ha pretendido tener poder sobre los ángeles de Dios. "En verdad,
la excelencia y el poder del romano pontífice no es solamente en la esfera de las cosas
celestiales, de las terrenales y de las de las regiones inferiores, sino aun sobre los ángeles,
sobre quienes él es más grande" (Lucio Ferraris, "Papa II",
Prompta Biblioteca
, t. VI,p.27; ver
com. Dan. 7: 25).
7.