búsqueda no es motivada por un pesar piadoso, sino por el dolor que sentirá el mundo (ver
com. 2 Cor. 7:9-11); su propósito es escapar de la angustia ocasionada por las plagas, no el
de buscar una genuina reconciliación con Dios. Por lo tanto, Satanás convencerá a los
habitantes de la tierra de que no son pecadores, pero que han errado al tolerar al pueblo
escogido de Dios (ver PE 34; com. Apoc. 16:14). Esta plaga, como las tres anteriores, 855
no es universal (CS 686).
9.
Blasfemaron.
Gr.
blasfeméo
, (ver com. cap. 13: 1). Blasfemar el nombre de Dios es expresarse de él en
una manera despreciativa. Durante la cuarta plaga los hombres comenzarán a echarle la
culpa a Dios por sus sufrimientos, pero comprenderán finalmente que están luchando contra
él (ver com. cap. 16: 1).
El nombre de Dios.
O sea directamente a Dios, pues el nombre representa a la persona que lo lleva (ver com.
Mat. 6:9; Hech. 3:16).
Poder sobre estas plagas.
Considerarán las plagas como una demostración del poder divino (ver com. vers. 1).
No se arrepintieron.
En vez de reconocer su culpa, comenzarán a culpar de su desgraciada situación a los que
han permanecido fieles y leales a Dios (ver PE 34; CS 682).Con absoluta perversidad se
niegan a doblegarse ante la voluntad divina, y demuestran ser lo que realmente son: siervos
incondicionales de Satanás (ver com. vers. 1). El que se niega a arrepentirse, demuestra que
se opone completa y decididamente a Dios.
Para darle Gloria.
Es decir reconocerlo como "verdadero y justo" (ver com. vers. 7). Los que sufren por causa de
las plagas se negarán a reconocer que están equivocados y que Dios tiene la razón, a pesar
de los duros castigos que impulsarían a hombres honrados y contritos a enmendar sus
caminos (cf. Isa. 26: 9-10). Esto comprueba que sus corazones están completamente
endurecidos y son insensibles ante la misericordia y la severidad divinas (ver com. Exo 4: 21;
Efe. 4: 30; Apoc. 16: 1).
10.
El trono.
"El trono de la bestia" es evidentemente su sede. "La bestia" representa en primer lugar al
papado que ha resurgido, no tanto en su aspecto religioso como en su pretendido papel de
potencia mundial que domina a otras potencias de mundo (ver com. cap. 13: 1-2 , 10; 17: 3,
8-9, 11).
Su reino.
Exceptuando el pequeño remanente que aún resiste su supremacía , Satanás cuenta a todo
el mundo como sus súbditos, y por medio del papado que ha restablecido procurará en forma
particular asegurar su dominio indiscutido sobre toda la raza humana (ver CS 627, 637, 714;
2JT 175; 3JT 171; com. cap. 16: 13-14; 17: 8, 12; cf. cap. 19: 19). Durante esta plaga el