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¿Entiende lo que lee?
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2. Busque si aparece alguna referencia directa (o al menos una alusión) a un
evento previo y clave en el progreso del plan de salvación, tal como el Éxodo, la
manifestación divina en el Sinaí o el Pacto (por ejemplo, las frases: “Yo soy el Señor
tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto”, o “Yo seré a vosotros por Dios; y ustedes
serán mi pueblo”, etc.)
En suma, el principio básico a seguir aquí es que el significado doctrinal
atribuido al texto deberá estar en consonancia, no sólo con algunos textos escogidos
a capricho, sino con la enseñanza que sobre el mismo punto aparece a lo largo de
toda la Biblia.
Debemos advertir que es hasta que hemos establecido nuestra propia
comprensión del significado teológico de un texto, cuando se espera que leamos lo
que dicen los comentarios bíblicos. Además de privarnos de la satisfacción de
extraerlas por nosotros mismos, consultar estas obras antes de este punto podría
predisponer nuestras conclusiones. La intención de hacerlo hasta este punto es
comparar, confirmar o en su caso corregir las conclusiones a las que hemos
llegado.
10
De esta forma, habiendo determinado su mensaje teológico, nuestra tarea
ahora es determinar el significado más profundo del texto en estudio, a saber, el
principio inmerso en el mensaje del mismo, así como la forma de aplicarlo al
presente. Punto al cual nos referiremos ahora.
¿Se aplica a mí este pasaje?
Una vez que hemos determinado el significado para la gente que recibió el
mensaje, cantó el Salmo, o escuchó la profecía en cuestión (el “camino de ida”,
¿recuerda?), podemos extraer entonces el significado y la aplicación del mismo
(“camino de vuelta”). Por lo tanto, el último paso de la exégesis es aplicar dicho
significado a la iglesia presente, esto es, al cristiano actual. Dicha aplicación, dado el
sólido respaldo bíblico y teológico que obtenido en nuestro estudio, debiera ser la
base de nuestra predicación y enseñanza de la Palabra de Dios.
10
Dicho criterio aplica también a la consulta de los escritos de Elena G. White, ya que tal como
ella misma lo recomendó, lo correcto es encontrar la interpretación de nuestro pasaje en la misma
Biblia. Al respecto, vea especialmente,
Mensajes selectos
, t. 3, págs. 32-33.