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¿Entiende lo que lee?
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Capítulo 5
DÉ SENTIDO A LO QUE LEE:
NO OLVIDE LOS DETALLES
Tal como no puede considerarse la sección de finanzas de un periódico de la
misma manera que la deportiva o la policíaca, tampoco puede interpretarse de la
misma forma una narración que un texto poético o uno profético. Por eso, además de
los lineamientos ya vistos, es decir, construyendo sobre ellos, también es necesario
conocer y aplicar ciertos pasos, propios a cada documento o género bíblico en
estudio.
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Cuando la Biblia narra historias
El material de carácter narrativo es el más abundante en el Antiguo
Testamento (incluye más de la mitad del Pentateuco, la totalidad de los llamados
libros históricos y buena parte de los proféticos). Pero, como era de esperarse, las
narraciones bíblicas no se limitan a esta porción de la Biblia. Su frecuente uso en el
Nuevo Testamento (especialmente en los Evangelios y en el libro de Hechos), así lo
demuestra, haciendo que este género literario abarque prácticamente un tercio de
todo el contenido bíblico.
Pese a que pudiera creerse, la función de tan destacado género literario en la
Biblia no es meramente reportar eventos sobresalientes de la historia israelita. El
propósito principal de las narraciones bíblicas, más bien, es presentar una serie de
acontecimientos relevantes, pero no desde la perspectiva humana, sino desde la
perspectiva divina. De ahí que, aunque la forma en la que estos eventos son
referidos puede variar (compare, por ejemplo, el relato de la creación con el de la
caída de Jerusalén), en todos los casos debemos asumir la historicidad de dichos
eventos, es decir, que lo narrado en ellos es realidad. Considerar el relato de la
creación, el de Ester o el de Sansón como ficticios no solo desvirtuaría el testimonio
1
En la práctica, estos son los pasos que más debieran seguirse al momento de interpretar un
pasaje específico con el fin de predicarlo.