¿Entiende lo que lee?
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un año, mientras que el relato de Juan exige reconocer al menos 2 ½ años, y da a
entender un período de 3 ½ años”.
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Dados los particulares énfasis de cada evangelista, sus principales temas
pueden detectarse ya sea leyendo cada evangelio para anotar sus énfasis, o
leyéndolos todos juntos, comparando las semejanzas y las diferencias que hay entre
ellos. En este segundo caso, será muy útil usar una sinopsis de los evangelios.
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4. El contenido teológico. Asimismo, notar que el Evangelio de Juan presenta
a Cristo como “el Verbo de Dios”, como la Palabra divina encarnada (Juan 1:14),
pero también como Dios mismo, nos permitirá entender mejor otros importantes
conceptos de este Evangelio, tales como “vida eterna” (Juan 17:3) y la permanencia
en Cristo (Juan 15).
5. El lenguaje y estilo de cada autor. En el caso del evangelio de Marcos, este
a menudo utiliza lenguaje coloquial, característico de un individuo como el apóstol
Pedro quien, probablemente, fue su mayor y mejor fuente de información. Asimismo,
el frecuente uso que hace del adverbio “enseguida” (41 veces: 6:45; 9:15, etc.), le da
a sus escenas mucho mayor movimiento y énfasis en las acciones de sus
personajes.
Cuando Cristo enseñaba
Al estudiar los evangelios, el trabajo exegético que hemos de hacer con las
parábolas merece atención especial. Ocupando un lugar prominente en las
enseñanzas de Jesús, una parábola es la narración de un suceso del que, por
comparación, se deduce una lección moral. El término parábola significa “poner al
lado”, por lo tanto, puede decirse que estas historias son una especie de símil
desarrollado extensamente. Por su misma naturaleza, las parábolas se prestan para
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Francis D. Nichol,
Comentario bíblico adventista
(Coral Gables, Florida: Asociación
publicadora interamericana, 1987), 5:219.
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Gracias a que en una
sinopsis
el contenido de los 4 evangelios se halla organizado en
sendas columnas paralelas, ésta viene a ser una herramienta muy práctica y con la cual es fácil
detectar las similitudes y diferencias entre los Evangelios. Una buena opción es la editada por Andrés
Tejel,
Sinopsis de los Evangelios
(Madrid: Editorial Safeliz, 1984).