LECCIÓN
14
ESPERANZA Y FIDELIDAD
Caminar diariamente con Jesús es una experiencia fascinante, porque cada día realizas descubrimientos
extraordinarios. Tú le perteneces por completo. Le perteneces porque él te creó y porque él te redimió.
Pero le perteneces también porque voluntariamente le entregaste el corazón. Dios te reconoce como su
hijo y quiere darte lo mejor. Desea que seas prosperado en todas las cosas. Después de todo, él es el
dueño del mundo y tú eres hijo del Dueño.
El pensamiento natural del hombre le dice que es dueño de cuanto posee. La mayoría de la gente
considera que el auto, el refrigerador o la casa, son de su propiedad porque trabajó para obtener esas
cosas. En esta lección veremos esta situación con mayor detenimiento, y tal vez las cosas no son como
la mayoría piensa.
¿Cuál es una de las promesas maravillosas que te hace Jesús?,
“Entonces
te deleitarás en Jehová; y yo
te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre;
porque la boca de
Jehová lo ha hablado”
(Isaías 58:14)
. Es importante notar que Dios es el Sustentador, y no lo somos
nosotros de nuestro propio esfuerzo e ingenio. Pero, para que puedas deleitarte en Él y subir sobre las
alturas de la tierra, ¿qué es lo primero que Dios quiere de ti?,
“Dame, hijo mío,
tu corazón,
y
miren tus ojos
por mis caminos”
(Proverbios 23:26)
. Si Dios te pide el corazón, entonces debes entregarle tu voluntad.
Debes dejar que él mande en tu vida.
¿A quién le pertenece el mundo y todo lo que existe?,
“
De Jehová es la tierra y su plenitud;
el mundo, y
los que en él habitan”
(Salmo 24:1)
. Todo lo que existe le pertenece a Dios. Y lo que te pertenece a ti,
también le pertenece a Él. ¿Por qué es así? Porque él es el Dueño de todo. Él es tu Creador y también tu
Padre. Pero el pecado hizo que el ser humano se apartara del Creador, apoderándose de lo que no es suyo.
¿Qué es lo que él te pide para remediar esta situación?,
“Desde los días de vuestros padres os habéis
apartado de mis leyes, y no las guardasteis.
Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros,
ha dicho Jehová
de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?”
(Malaquías 3:7)
. Tú, yo y todos los seres
humanos necesitamos volver al Creador. Esa es la única salida para vivir realizado y feliz. ¿Cuál es la forma
práctica de regresarle a Dios lo que le pertenece?,
“
Traed todos los diezmos al alfolí
y haya alimento en
mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los
cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”
(Malaquías 3:10).
¿Cuál será la recompensa de tu fidelidad?,
“Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os
destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
Y
todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable
, dice Jehová de los ejércitos”
(Malaquías 3: 11 y 12)
. Dios no solo es Dueño, sino que aquello que te prestó para tu bien, puede cui-
darlo y resguardarlo de los embates del mal.
Uno de los temas más delicados es cuando hablamos de dinero. Nadie desea que ese recurso le sea
tocado. Pero, es Dios quien toca los bolsillos, y a muchos no les gusta esto. Cuando Dios te pide el
diezmo, ¿es porque necesita tu dinero?,
“Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti;
porque mío es el mundo
y su plenitud”
(Salmo 50:12)
. Luego, algunos se preguntan en qué se utiliza el diezmo. El apóstol Pablo
responde en
1 Corintios 9:13,14
:
“¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del
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