Página 117 - Clase etica1

Versión de HTML Básico

Respeto a la autoridad
el niño llega a ser adulto y el padre es senil o está muerto. Una hija
puede hacer todas las cosas bien, pero en la triste búsqueda de una
virtud imposible, impuesta por los padres, se siente miserable. Otro
puede rebelarse contra todo lo que los padres creyeron y anhelaron
para él. Tal vez se dé a la bebida, o golpee a su esposa, o niegue a
Dios, solamente porque todavía se está resistiendo al control paterno.
No es tanto que escoja hacer cosas destructivas como que reacciona
ante el control del que no puede huir. La gente puede hablar de
cuánta honra trae aquella hija a sus padres, y de cuánta vergüenza
les acarrea éste último. En realidad, ninguno de los dos ha honrado
a sus padres.
En camino a la libertad, y dentro de la libertad, experimentamos
conflictos de muchas clases. Nuestra responsabilidad ética es hallar
la forma correcta de honrar a nuestros padres dentro de la realidad
de nuestros conflictos. En el resto de este capítulo analizaremos
ejemplos de honra en situaciones de conflicto. Ellos representan tres
etapas, que muchos de nosotros atravesamos en nuestras relaciones
con nuestros padres; cada etapa abre posibilidades para su propio
tipo de conflicto.
La primera etapa es fronteriza: cuando un niño está al borde de
la madurez, pero todavía depende de sus padres y está en profundo
conflicto con ellos. Una segunda etapa viene cuando el hijo y el
padre son iguales, ambos están en lo mejor de la vida, pero en
conflicto uno con otro. Finalmente, viene la última etapa, en la que
se invierten los roles y el hijo se convierte en cuidador de sus pa ­
dres. Aquí el conflicto es sutil y desesperante: ¿cómo hace un hijo,
en los años adultos, para honrar a sus padres ancianos y al mismo
tiempo cumplir con sus propios hijos y consigo mismo?
A. Fe en conflicto: el adolescente convertido
Eduardo Bevans está term inando el secundario y es hijo de pa ­
dres judíos ortodoxos. Se convirtió a la fe cristiana duran te el verano
anterior a su último año de estudio. En la escuela ha llegado a ser el
l íd e r de un g ru p o de e s tu d ia n te s c r is t ia n o s qu e se re ú n e
regularmente para estudiar la Biblia. Eduardo cree que su relación
con Cristo completa todo lo que sus padres le enseñaron a creer, y
que por ese motivo no tiene conflicto con la fe de ellos. Sin em­
bargo, para sus padres, la conversión de Eduardo es una traición y
una deshonra . Esperan que "cuando crezca" superará su etapa
cristiana, pero no le dan tregua. Le dicen que debe dejar de ver a
sus amigos cristianos en la escuela, renunciar al grupo que integra