Página 99 - Clase etica1

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Respeto a la .mi< >i n I n l
jóvenes hebreos no tomaban a mal el quinto mandamiento como un
freno a su galopante individualidad. Y recuerde que los hijos qu<*(<>ii
frecuencia oían el mandam iento eran, ellos mismos, hombres
y a
convertidos en guerreros, líderes, sacerdotes y padres.
Pero, si bien podemos ver que el honrar a los padres era más o
menos natural para los hijos hebreos, ello no nos dice lo que se
esperaba que hicieran para honrar a sus padres. Los escritores cié!
Antiguo Testamento pod ían identificar con mayor facilidad los
espantosos actos de deshonra que dar una definición de honra.
Cuando abrían juicio sobre las flagrantes violaciones al honor de
un padre, recomendaban que no se tuviese misericordia: "El que
hiriere a su padre o a su madre, morirá ... el que maldijere a su
padre o a su madre, morirá" (Ex. 21.15-17). Por supuesto, no es
necesario que se nos diga que es deshonra maldecir o herir a los
padres. Pero lo digno de ser notado es que esto no era simplemente
u n a su n to p r iv a d o de la fam ilia; era un a o fensa soc ia l que
demandaba una respuesta de la comunidad.
Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz
de su pad re ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les
obedeciere; entonces lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante*
los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; y dirán a
los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no
obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. Entonces todos los hombres
de su ciudad lo apedrearán, y morirá (Dt. 21.18-21).
No es de asombrarse, entonces, que si un hijo ignora el "peso"
que
tienen los p ad re s " todo Israe l oirá, y tem e rá" (Dt. 21.21). Al
deshonrar a un padre se remueve un pilar de los fundamentos de la
sociedad israelita.
Pero en la práctica, ¿qué implicaba esta deferencia y este respeto
hac ia los pad re s? El hono r con s is tía , como m ín im o , en una
disposición a oír la voz del padre o de la madre, a quienes Dios nos
da como maestros y guías. Para Israel la familia era la escuela don< le
una persona aprendía quién era y qué esperaba Dios que hiciera.
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
y l as
repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andami o
por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes (Dt. 6.6s.).
Hn la familia y por medio de ella, la buena palabra pasaba a todas
las generaciones de la raza humana; y en la familia, el padre 1 levaba
la palabra: "K1 estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la
cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos" (Sal
78
S)