de la misma potencia y agrega que “aún se engrandeció contra el príncipe de los
ejércitos", es decir, contra Jesucristo.
“Y de él —del Príncipe Jesús—1 fue quitado el continuo". ¿Qué es este “continuo”
que le quitaron a Cristo? Los judíos llamaron “continuo” a los sacrificios otras actividades
que practicaban continuamente en el antiguo santuario para obtener paz y perdón de
pecados. (148)
Por supuesto, “es imposible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los
pecados” (Heb. 10:4) Las actividades del santuario terrenal eran un ejemplo didáctico o
ilustración de lo que sucede en el santuario celestial donde Jesús se presenta por nosotros
ante el Padre “para quitar de en medio el pecado” (Heb. 9:24-26). El “continuo” o perdón
de pecados en ese santuario—el del cielo—es la realidad que Satanás quiso quitarle a
Jesús el “Príncipe”.
el lugar de su santuario fue echado por tierra” (Daniel 8:11). Nótese que no dice
que el cuerno pequeño quitó el continuo y echó abajo el santuario. Sólo dice que el
continuo “fue quitado” y el santuario “fue echado por tierra”, sin aclarar específicamente
quién lo hizo.
Podemos repasar la historia y ver que, en un sentido, el “cuerno pequeño”, o sea la
iglesia-estado de la Edad Media, hizo un atentado contra el “continuo”.
Esto sucedió cuando la iglesia reclamó el derecho de perdonar pecados. En 1215,
el Cuarto Concilio Lateranense decretó que era obligatoria la confesión de pecados al
sacerdote y reafirmó el derecho de éste de conceder o negar la absolución. Esto
constituye la forma más notable, pero no la única, en que la iglesia pretende asumir las
funciones que corresponden a Cristo en el santuario celestial, y con ello bajar a la tierra el
ministerio que corresponde a Cristo en el “continuo” celestial (Heb. 9:24-28; 1 Tim. 2:5).
Satanás acusa
Pero hay un sentido mucho más importante en que el enemigo de Dios ha atacado
el santuario y ha difamado el nombre de Dios. El profeta Zacarías contempló en visión a
Josué, el sumo sacerdote de su tiempo, “el cual estaba delante del ángel de Jehová”. Esta
expresión significa que Josué estaba en el santuario desempeñando su ministerio de
obtener perdón de pecados para el pueblo. “Y Satanás estaba a su mano derecha para
acusarle”. (149)
Como intercesor en el santuario, Josué representaba a los hijos de Dios, así que
una acusación contra él era una acusación contra el pueblo. Y tenía razón el enemigo,
porque dice el texto: “Josué estaba vestido de vestiduras viles”. Estas ropas manchadas
simbolizan el pecado. A continuación se aclara: “Habló el ángel, y mandó a los que estaban
delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado
de ti tu pecado” (Zac. 3:1-4). Así que, mientras el sacerdote intercede, pidiendo perdón