Page 110 - Vengo en Breve1

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Aquí en Apocalipsis 11:1 se le dice al profeta: “Levántate y mide [1] el templo de
Dios, y [2] el altar, y [3] a los que adoran en él” (vers. l). Están siendo examinados los
adoradores —los que habían confesado sus pecados ante el altar—, pero ese escrutinio
constituye un examen también del templo y del altar porque allí se concedió perdón en
los ritos del “continuo”.2 El juicio final sirve para comprobar que el perdón concedido a
cada uno fue justo, que la decisión de Cristo en cada caso fue la correcta y que él actuó
siempre con amor y equidad. De esta manera se realiza la vindicación de lo que sucedió en
el templo y en el altar. (151) También el juicio desmiente al cuerno
Al margen de todo esto, el juicio sirve para desmentir las blasfemias del cuerno
pequeño, quien había pretendido ser el autorizado por Dios para conceder el perdón de
pecados. “Ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra" fue hallado alguno que fuera
digno de presidir en el juicio, sino sólo el Cordero inmolado (Apoc. 5:1-9), a quien “el
Padre le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre” (Juan 5:27).
Resumiendo, vemos que las visiones de Ezequiel y Zacarías se refieren n la
restauración física del templo literal después de su destrucción por el rey de Babilonia y al
restablecimiento allí de los ritos para perdón y expiación del pecado. Y la visión de
Apocalipsis 11:1 y 2 predice la restauración y reivindicación del templo celestial después
de los ataques de Satanás y la gran Babilonia religiosa.
El patio es de los gentiles
Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha
sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses" (vers.
2).
“El patio que está fuera del templo” no debía ser medido en este proceso judicial.
Únicamente los que adoran en el altar, los que alguna vez profesaron ser hijos de Dios y
depositaron su fe en la sangre derramada de Cristo, tienen sus casos pendientes en esta
parte del juicio, pues solamente estos casos están realmente en duda, y es con respecto a
ellos que Satanás acusa a Dios de ser injusto. El “patio”, o sea este mundo, debía ser
entregado durante 42 meses a los “gentiles”. Este período, equivalente a 1,260 años. Es el
mismo tiempo comprendido en las épocas de la cuarta y la quinta iglesias, o sea los años
538 a 1798. (152)
Fueron los años en que Dios apartó parcialmente la mano y permitió un tiempo de
ascendencia del “cuerno pequeño” con resultados como se ve a continuación.
Los dos testigos
Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos
de cilicio. Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante
del Dios de la tierra. Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a
sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. Estos