Con esto la Biblia está disponible para 98% de la población mundial. Y ya Hería
imposible su abolición.
En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se
derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los
demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo. El segundo ay pasó;
he aquí, el tercer ay viene pronto (vers. 13,14).
Con los ataques del racionalismo y especialmente los excesos de la Revolución
Francesa, “los demás se aterrorizaron”. Miles de personas fueron sacudidas por la crisis y
despertadas del letargo y de una fe fría y formalista para buscar una relación personal con
Dios. En los capítulos tres y seis comentamos algunos aspectos del avivamiento que tuvo
lugar en esta época.
La expresión “el segundo ay” se refiere a las calamidades que sufrieron los
habitantes de la tierra bajo la sexta trompeta. El “tercer ay” es la séptima trompeta. Con
estas palabras, se pone fin al paréntesis entre la sexta y la séptima trompetas.
La séptima trompeta
El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que
decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su
Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos que
estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus
rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios
Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado
tu gran poder, y has reinado. Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el
tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los
profetas, y a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los
grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra (vers. 15-19). (159)
¿Por qué están dando gradas a Dios los veinticuatro ancianos? “Porque has
tomado tu gran poder, y has reinado”. Con esto recordamos que el juicio es presentado en
las Escrituras como una toma de poder por parte de Dios. Y recordamos que el período de
la séptima iglesia, y el del séptimo sello correspondieron al tiempo del juicio.
Las dos iras
En ese preciso momento, se manifiesta la ira del hombre —”se airaron las
naciones”— y también la ira de Dios— “tu ira ha venido” (vers. 18).
Hemos notado anteriormente el ministerio sacerdotal de Cristo en el santuario
celestial (ver, por ejemplo, Heb. 4:14; 8:1; Apoc. 8:1-5). Intercede por nosotros ante el
Padre (Rom. 8:32; 1 Juan 2:1, 2) e intercede, además, a favor de Dios ante la humanidad. A
este doble ministerio de intercesión se debe la medida de paz que el mundo disfruta aún