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por las cuales entregó su vida. Tal como señala esta profecía, cuando Cristo fue llevado
invicto al cielo, empezaron largos siglos de engaño y persecución contra su pueblo.
Al principio, el dragón recibió apoyo para su plan de parte del gobierno romano a
medida que los césares se dedicaban a perseguir a la iglesia. Pero llegó el momento
cuando los mismos dirigentes del cristianismo se dejaron seducir por el error. En el análisis
que hicimos de la época de Pérgamo, estudiamos acerca de algunos de los cambios que se
introdujeron entonces. Cuando la apostasía se había consumado, con eso se cumplió la
“fornicación” profetizada en Apocalipsis 2:14, 20-22.
De esa unión ilícita nacieron dos hijos: de la unión de la verdad con el error, nació
el engaño; y de la unión entre la iglesia y el estado, nació la persecución de los que no se
dejaron engañar. Por cierto, las más terribles persecuciones de los siguientes años las
encabezaron los mismos dirigentes del cristianismo. (170)
La mujer huye al desierto
Se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila a fin de que volara delante de
la presencia de la serpiente al desierto, a su lugar donde es sustentada por un tiempo, y
tiempos y la mitad de un tiempo (vers. 14).
La persecución de la mujer —de los fieles— duraría un tiempo y tiempos y la mitad
de un tiempo. “Un tiempo” es un año; “tiempos”, dos años1 y “medio tiempo” medio año:
en total, tres años y medio.
Este mismo período profético es mencionado en Daniel 7:24 y 12:7, y es igual a los
42 meses profetizados en Apocalipsis 11:12 y l3:5, ya los 1,260 días de Apocalipsis 12:6. El
hecho de que se repite varias veces es un indicio de la importancia de esta profecía.
Cristo dijo que la persona que no cree en la verdad, que no quiere ser fiel a la
Palabra, debe ser separada de la iglesia (Mat. 18:15-19; 1 Cor. 5:11, 12, y otros). Es la
única medida autorizada para mantener la integridad y pureza del cuerpo de Cristo.
Pero llegó el momento cuando los dirigentes eclesiásticos tuvieron en sus manos la
autoridad civil. Entonces, el error se convirtió en un crimen, en una ofensa contra el
estado. Los 1,260 días [años] de persecución contra la mujer corresponden al tiempo de
ascendencia política de la iglesia popular.
No accedió la iglesia al poder político de la noche a la mañana, sino a través de un
largo proceso. Sin embargo, en el año 538 d.C. sucedió algo que podemos señalar como
un punto decisivo. En dicho año, Belisario, general encargado de los ejércitos del
emperador Justiniano, ganó una victoria decisiva sobre los ostrogodos y los arrojó de
Roma. Cinco años antes, en el 533, Justiniano había escrito una carta dando al obispo
romano autoridad tanto religiosa como política, pero dicha carta no tuvo ningún efecto