Page 153 - Vengo en Breve1

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Pues sólo tú eres Santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus
juicios se han manifestado (vers. 3, 4). (212)
Ha terminado para los fieles la tarea de amonestar al mundo y pasar a todos la
invitación a entrar en el arca. En el momento contemplado aquí, todos los casos ya están
decididos. Como ya no hay a quien amonestar, es muy diferente el mensaje que suena
ahora en los labios de los hijos de Dios. Ya no es un mensaje de advertencia y exhortación.
Es un cántico de alabanza que refleja su experiencia.
Desde el principio del conflicto, el enemigo ha dicho que la ley de Dios y su gracia
son incompatibles, que Dios tendrá que dejar a un lado la ley si quiere tratar con
misericordia a los pecadores, o viceversa. Por otra parte, insistía que era imposible para el
hombre cumplir con lo que Dios demandaba.
El Señor Jesucristo, con su vida y muerte en la cruz, demostró la falsedad de estas
aseveraciones. Y a través del juicio, ha probado, además, que no sólo Cristo pudo
obedecer, sino que en todos los siglos ha habido hombres y mujeres que han dado a Dios
la lealtad suprema en sus vidas y han fiado en Cristo como su Salvador. Así se ha probado
que la misericordia de Dios y su justicia no se contradicen, sino que se complementan. Por
esto el cántico que ellos entonan no sólo es el cántico del Cordero que les dio su gracia,
sino también el de Moisés que les trajo la ley
.
“Sólo tú eres santo”
Observemos ahora el mensaje expresado en las palabras de este cántico.
¿Por qué razón vendrán todas las naciones y adorarán a Dios? La primera razón
importante es porque “sólo tú eres santo”. Nótese bien: los que entonan este himno
“guardan los mandamientos de Dios” (Apoc. 12:17), y siguen al Cordero dondequiera que
va (Apoc. 14:3). El mismo Padre ha llamado al universo a tomar nota de su fidelidad y
constancia (Apoc. 14:12). Pero entre toda esta multitud ninguno tiene los ojos puestos en
sí mismo. A ninguno se le ocurre pensar por un instante que su salvación y su victoria
sobre la bestia se deben a su propia fidelidad o a alguna santidad que ha alcanzado por la
gracia de Dios. (213)
El tema central de su canción es: “Sólo tú eres santo”. Su salvación ha sido
comprada por la sangre del Cordero que fue inmolado en favor de ellos desde la
fundación de la tierra, y el tema de su alabanza y admiración es la santidad de Dios, no la
de ellos.
En segundo lugar, los sellados alaban a Dios “porque tus juicios se han ma-
nifestado”. El propósito del juicio descrito en los capítulos anteriores ha sido precisamente
el de manifestar, de hacer evidente, la justicia de Dios en su trato con cada ser humano.
Dios conoce el futuro; él no tenía necesidad de llevar .1 cabo un juicio para saber quiénes
serían salvos. Pero, por amor a los ángeles y a los seres de mundos no caídos, los que no