también Miq. 7:18, 19). Y de ahí, nadie la va a desclavar jamás. ¡Alabado sea su santo
nombre! ¡Amén y amén!
El fin de los mil años
Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a
engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a
Magog, a fin de reunidos para la batalla; el número de los cuales es como la
arena del mar.
Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los
santos, y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los
consumió
(vers. 7-9).
En ocasión de la segunda venida, “los muertos en Cristo resucitarán primero” (l
Tes. 4:16). Ésta es la “primera resurrección”. “Los otros muertos no volverán a vivir hasta
después de los mil años” (Apoc. 20:5). Con la resurrección de los enemigos de Dios,
Satanás quedará “suelto de su prisión” (vers. 7). Tendrá otra vez a su alcance el material
humano, y saldrá como lo hacía antes para engañar a “Gog y a Magog”. Estos nombres se
refieren al conjunto de todas las fuerzas del mal.
Su número es de miles de millones. Entre ellos se encuentran algunos de los más
grandes de la ciencia, la política y las artes militares. Espiritualmente, lo han perdido todo,
pero el que piensa siempre en términos materiales pierde, al fin, la capacidad de pensar
de otra manera. Se ponen a comparar el tamaño de la ciudad con la extensión de toda la
tierra de la cual disponen ellos. Ven a un pueblo débil, sin fuerzas y sin armamentos; y
recuerdan cuán fácilmente los han vencido en el pasado. Tal vez alguien pregunte, ¿cómo
podrán atacar a la “ciudad amada” de Dios, si ésta está en el cielo? (264)
En el siguiente capítulo se nos aclara que “la santa ciudad, la Nueva Jerusalén”, ha
descendido a la tierra (21:2). Ya está a la vista de los impíos y ellos se ilusionan con la idea
de vencerla.
Sólo dos alternativas
Hoy parece haber muchísimas opiniones acerca del Señor Jesucristo y una
diversidad de actitudes hacia el evangelio que él ha proclamado; hoy los humanos nos
encontramos divididos en cientos de agrupaciones conforme a la opinión que cada uno
mantiene acerca de los valores espirituales, pero en aquel día no será así. En ese
momento, cuando estará parado sobre la superficie de la tierra cada ser humano que vivió
desde la creación, sólo habrá dos grupos. Unos estarán dentro de la ciudad, y los demás,
fuera.