Page 191 - Vengo en Breve1

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bien será un reconocimiento arrancado involuntariamente por el poder de las escenas que
han visto. Caerán de rodillas y en coro, todas aquellas multitudes incontables de voces se
unirán para exclamar: (266)
“’El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la
sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza’. Y a todo lo creado que está en el
cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en el mar, y a todas las cosas que
en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la
honra, la gloria y el poder por los siglos de los siglos” (Apoc. 5:12,13). Es así como se
cumplirá el propósito de Dios de “que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los
que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil. 2:10,11; compárese con Rom. 14:10,
ll).
Fuego del cielo
El profeta vio que cuando los que rechazaron la misericordia de Dios habían
pronunciado su propia sentencia, entonces ' de Dios descendió fuego del cielo y los
consumió” (Apoc. vers. 9).
Nada más apropiado que las palabras escritas por el apóstol San Pedro después de
considerar esta misma escena: “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,
¿cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y
apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán
deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán? Pero nosotros esperamos,
según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo
cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados
por él sin mancha e irreprensibles, en paz” (2 Ped. 3:11-14). (267)