También Eumenes continuó la alianza con Roma, la cual cada vez más dejó de ser
una alianza para convertirse en una dependencia.
Atalo III (138-133 a. C.), apoyado por tropas romanas, gobernó como tirano,
oprimió al pueblo con severas exigencias durante cinco años, y al morir legó todo su reino
al Imperio Romano.
Impresiona notar que lo que los padres habían logrado con sacrificio y esfuerzo, los
hijos, sin ninguna lucha, lo entregaron a Roma, a fin de obtener una ventaja personal para
ellos mismos.
El mensaje a Pérgamo
Y escribe al ángel de la Iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos
filos dice esto: (vers. 12).
En el mensaje a Esmirna, el Cristo resucitado enfatiza su propia muerte y
resurrección. Más tarde (en el capítulo cinco) se presentará como Cordero inmolado. Pero
es muy distinta la figura de Jesús ante Pérgamo. Aquí lo vemos con una espada
desenvainada.
La espada de doble filo
La espada de doble filo fue un arma formidable. Tenía la obvia ventaja de cortar
por ambos lados. Además, servía como instrumento punzante, a manera de lanza. De ahí
la metáfora de Hebreos 4:12: "La Palabra de Dios es más penetrante que toda espada de
dos filos".
Pero el soldado tenía que manejarla con cuidado, porque en la furia del combate
era posible que, retrayendo su espada para atacar con más violencia al enemigo, pudiera
herirse a sí mismo o a un compañero, pues era capaz de cortar tanto hacia atrás como
hacia adelante. La espada de Cristo también corta hacia adentro y hacia afuera. Él es quien
defiende a la iglesia, y el que la reprende.
Así que, se presenta ahora ante la iglesia de Pérgamo con su espada de dos filos y,
en efecto, esta iglesia tenía mucha necesidad de escuchar una advertencia tal.
Testificando bajo circunstancias difíciles
Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás (vers. 13
). El
trono es símbolo de autoridad, pues es el sillón donde se sienta un rey para ejercer sus
funciones reales. Simboliza el poder del gobierno.
Pérgamo había sido capital ya durante 300 años en los días de Juan. Y como tal, era
el centro de autoridad política en toda la provincia y era, además, la sede del culto al
emperador.