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La iglesia de Pérgamo representa la tercera etapa de la historia eclesiástica, la que
comenzó en el año 313, cuando Constantino emitió el decreto de Milán para poner fin a la
persecución de la iglesia por parte de Roma, y se extendió hasta el año 538, año en que se
estableció efectivamente la autoridad política de la iglesia.
Aplicando esta expresión, "donde está el trono de Satanás", a la época histórica,
podemos ver que mediante disfraces bien tramados, Satanás estaba estableciendo su
autoridad en la iglesia. Esto lo hacía introduciendo elementos del paganismo levemente
disfrazados como doctrina cristiana. (En seguida observaremos algunos ejemplos
específicos de estas innovaciones.)
Ya para este tiempo la iglesia contaba con el apoyo del gobierno civil, y los que
estaban impulsando los cambios no vacilaron en valerse de dicho apoyo para proceder
contra aquellos que se oponían a sus propósitos.
Pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas,
mi testigo fiel, fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás (vers. 13).
No tenemos información acerca de la identidad del Antipas que vivió en Pérgamo
en los días de Juan. La palabra traducida "testigo" significa también "mártir", y al leer este
versículo, entendemos que, en efecto, el testimonio de Antipas fue su muerte. De esta
manera llegó a simbolizar a todos aquellos fieles cristianos que durante la época de
Pérgamo no aceptaron rebajar las normas de la fe. Por su fidelidad a la Palabra de Dios,
estos testigos fueron acusados de ser sediciosos y perturbadores de la paz que
recientemente se había establecido entre la iglesia y el estado. A algunos de ellos les tocó
pagar el precio supremo por su fidelidad cuando por primera vez la espada del estado se
desenvainó para matar a cristianos en el nombre de Cristo.
Una alianza fatal
Pero tengo unas pocas cosas contra ti: Que tienes ahí a los que retienen la doctrina
de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel a comer cosas
sacrificadas a los ídolos y a cometer fornicación. Y también a los que retienen la doctrina
de los nicolaítas, la que yo aborrezco (vers. 14, 15).
"¡Unas pocas cosas!" Conociendo algunos de los problemas de Pérgamo, tal vez
nos sorprende el tono suave de la reprensión, pero tenemos que recordar que este
mensaje, igual que todos los demás, no está dirigido a los que promovían los cambios. A la
iglesia organizada, con sus dirigentes, sus edificios y demás aspectos visibles, se la llama
en la Biblia el "redil". Este término se refiere al aprisco, o sea, el refugio de las ovejas. Pero
Cristo dijo que tenía otras ovejas que no estaban en el redil (Juan. 10:216). A todas sus
ovejas, los verdaderos seguidores, tanto a los que están dentro como a los que están fuera
de la iglesia visible, se dirigen las cartas a las siete iglesias.