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Lo que recibirán los vencedores
Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa
doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de
Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; pero lo que tenéis, retenedlo
hasta que yo venga.
Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre
las naciones; y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de
alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de
la mañana. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias (vers.
2429).
Muy suave es la amonestación y la reprensión que recibe la iglesia perseguida por
Jezabel en los días de Tiatira. Su pecado fue el de la pasividad y el silencio cuando debía
hablar; pero a los otros, los que no habían participado de este pecado, sino que fueron
víctimas de las condiciones que los rodeaban, les dice el Cristo resucitado: "No os
impondré otra carga" (vers. 24).
La figura de la vara que quiebra las naciones como vaso de alfarero es tomada de
la profecía mesiánica del Salmo 2. Los siglos de la apostasía terminarán cuando el Mesías
tome el cetro de autoridad real para emprender la obra del juicio. En Daniel 7:27, como
también aquí (vers. 27), se aclara que esta autoridad mesiánica, que es el derecho de
juzgar a las naciones, será compartida por el Mesías con su pueblo (compárese con Apoc.
3:21 y 20:24). En el análisis del capítulo 20, estudiaremos más acerca de esta idea.
Los fieles de Tiatira recibirán como premio "la Estrella de la mañana" que es Cristo
mismo (Apoc. 22:16; compárese con Núm. 24:7). Así como las estrellas resplandecen
serenamente muy por encima de las tormentas de este mundo, asimismo fulgura la
presencia de Cristo en el corazón de todo verdadero hijo de Dios. Es algo que el mundo no
puede disminuir ni opacar. Cristo es el premio del cristiano, y su presencia en nosotros es
evidencia y anticipo de nuestra salvación (Col. 1:27).