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El mar de vidrio
Y delante del trono había un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y
alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás
(vers. 6).
Al
entrar en el santuario antiguo, el adorador encontraba primero el altar de holocaustos.
Allí aceptaba la muerte de un animal en expiación por sus pecados. Así que el altar
simboliza la cruz y la justificación. A continuación, estaba una pila de bronce (Éxo. 30:18-
21). Ésta era llamada a veces el “mar” de bronce (l Crón. 18:8), porque era un recipiente
para agua. En ella los sacerdotes lavaban las manos y los pies antes de ministrar los ritos.
La pila simbolizaba la santificación. La presencia del “mar” en esta profecía nos recuerda,
una vez más que aquí estamos viendo una representación del santuario celestial.
Los seres vivientes
Los cuatro seres vivientes que el profeta ha visto están “junto al trono y alrededor
del trono”. Es muy estrecha la relación entre ellos y el trono; es aún más íntima que la que
sostiene con los veinticuatro ancianos. Dice el texto que los seres vivientes están “llenos
de ojos delante y detrás.” En hebreo, la palabra “ojo”
[ayín]
muchas veces significa
“resplandor” o “colores”. En Ezequiel 1, el capítulo paralelo con éste,
ayín
es empleada
cinco veces en el sentido de “color” (Eze. 1:4, 5, 16, 22, 27).
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Así que la expresión, “lleno
de ojos,” significa que las cuatro criaturas también resplandecen, reflejando así la gloria
de Dios. (90) El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a
un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; el cuarto era semejante a un águila
volando. Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro
estaban llenos de ojos
(vers. 7,8).
La Biblia no nos ofrece una interpretación explícita de
lo que pueden significar las cuatro caras que han visto tanto Juan como Ezequiel en estos
seres vivientes, pero al verlos en acción en el siguiente capítulo, obtendremos un Indicio
del posible significado del símbolo. El pasaje de Ezequiel 10:1-4 indica que los cuatro seres
vivientes son ángeles. Por supuesto, no debemos pensar que las diversas caras
representan la apariencia literal de los ángeles celestiales. En el capítulo uno, vimos a
Cristo con una espada que sale de su boca, pero a nadie se le ocurre pensar que en
realidad ésa es la apariencia que conserva nuestro Señor en el cielo. De la misma manera,
debemos entender que las diferentes caras de los cuatro seres vivientes, constituyen una
representación simbólica, y no literal de los ángeles. No cesaban día y noche de decir:
Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de
venir.
Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que
está sentado en el trono, y adoran al q
ue
vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro
ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los
siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de
recibir la gloría y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad
existen y fueron creadas
(vers. 8-11).
En Apocalipsis 7 también aparecen cuatro ángeles.