Capitulo Cinco
El rollo y el Cordero
Los libros celestiales
Y vi
en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por
dentro y por fuera
(vers. l).
El profeta ve un libro que es poco común, porque está escrito por dentro y por
fuera. No era costumbre en tiempos antiguos escribir en ambos lados del papel. El papel
que se usaba comúnmente en aquel entonces se confeccionaba de la corteza del papiro,
una caña que crece en las riberas del río Nilo. Cortaban esta corteza en tiras finas, las
ponían juntas y paralelas sobre una superficie plana, las remojaban, las aplanaban y las
dejaban que se secaran. El resultado de este proceso era un papel llamado generalmente
"papiro”, por el nombre de su componente principal. A fin de evitar que las tiras se
separaran con el tiempo, acostumbraban unir dos capas, una en sentido horizontal y la
otra en sentido vertical. Por eso no solían escribir en ambos lados del papel, pues
resultaba incómodo escribir por él, ero el libro que Juan vio en la mano del Padre estaba
escrito por dentro y por fuera. Esto indica que el contenido del libro era excesivo.
Al analizar en la Biblia todas las veces que se mencionan libros, descubrimos que
entre los hebreos los libros pertenecían casi siempre a una de dos categorías: (1)
actas
legales
, tales como testamentos, contratos, escrituras, etc.,
1
y (2)
crónicas
, que eran
registros o historiales de eventos. La Biblia menciona, además, que en el cielo también hay
libros, y podemos descubrir que consisten en las mismas dos categorías: libros de actas y
de crónicas.
El libro de actas en el cielo.
El que corresponde a un libro de actas en el cielo es el
“Libro de la Vida”. En él se apunta el nombre de los que han aceptado las provisiones del
Nuevo Pacto, confirmando así su elección para la vida eterna.
El libro de crónicas del cielo.
En Malaquías 3:16 se menciona un “Libro de
Memoria”: “Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y
Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a
Jehová, para los que piensan en su nombre”. Aparentemente el salmista estaba pensando
en este mismo libro cuando escribió: “Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu
redoma; ¿no están todas ellas en tu libro?” (Sal. 56:8).
El pasaje de Apocalipsis 20:12 menciona estas dos clases de libros y aclara su
significado: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, que estaban ante Dios; y los libros
fueron abiertos. Y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida: fueron juzgados los
muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”.
2
Es el momento