El Cordero es digno
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes,
y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El
Co
rdero
que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la
honra y la alabanza
(vers. 11,12).
Al leer estas palabras, pensamos nuevamente en la descripción del juicio liada en
el capítulo 7 de Daniel. Ya hemos notado que en aquella escena, igual que en ésta,
aparece el trono con el Padre celestial sentado en su carácter de Juez. Aparece también el
libro de registros en donde están anotadas todas las
Obras de los seres humanos. Aquí en el Apocalipsis notamos la presencia de mi-
llones de ángeles alrededor del trono. De una manera similar, Daniel menciona que
“millares de millares le servían y millones de millones asistían delante de él” (Dan. 7:10).
Aquí los ángeles cantan: “El Cordero que fue inmolado es digno
de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza”.
Y asimismo Daniel dice que al Hijo de Hombre “le fue dado dominio, gloría y reino,
para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno
que nunca pasará y su reino uno que no será destruido” (Dan. 7:13,14). En ambas
profecías, los ángeles contemplan y celebran el magno evento del juicio, y lo presentan
como
una toma de poder
por parte de Cristo. (99)