Page 76 - Vengo en Breve1

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El denario era la moneda romana que se pagaba por un día de trabajo a un
labrador. Los precios mencionados aquí —”Dos libras de trigo por un denario, y seis libras
de cebada por un denario”— eran aproximadamente diez veces mayores que los precios
usuales de aquel entonces. Efectivamente, la iglesia pagó muy caro las ventajas que
obtuvo durante esta época, pues lo que ella ganó en poder material y político lo perdió en
poder espiritual.
Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira
(vers. 7).
El cuarto ser viviente “era semejante a un águila volando” (Apoc. 4:7). El águila fue
utilizada por nuestro Señor como símbolo de mortandad (Mat. 24:28), y todos los demás
símbolos que aparecen en el tiempo del cuarto sello tienen el mismo significado. En la
cuarta época, representada por la iglesia de Tiatira, apareció “Jezabel”, la que con ira e
inquina perseguía a los fieles (l Rey. 18:4; 21:25).
Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte,
y el Hades
[el sepulcro]
le seguía; le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra,
para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra
(vers.
7,8).
Un estudio del griego aclara que el color de este caballo no es un amarillo vivo,
sino más bien un color pálido, cadavérico. El nombre del jinete es Muerte, y tras él viene
el sepulcro. (104)
Algunas personas creyeron que en el tiempo del cuarto sello la iglesia había
conquistado al mundo. Mas lo que había sucedido fue realmente lo contrario: el mundo
había logrado penetrar en el corazón de la iglesia. Elementos de filosofía pagana estaban
entretejidos con sus doctrinas. Muchos entre los dirigentes adoptaron no sólo los errores
y falsas doctrinas del mundo sino también su espíritu de intolerancia, de modo que en la
cuarta época se desató una nueva era de persecución cuando los que habían abrazado el
error procuraron imponer a toda costa sus criterios equivocados.
Los símbolos de mortandad en el cuarto sello se refieren a la muerte espiritual de
la época y también a la persecución.
El clamor de los mártires
Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido
muertos por causa de la Palabra de Dios y por el Testimonio que tenían. Y clamaban a gran
voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, Santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre
en los que moran en la tierra?
(vers. 9,10).
Aquí se menciona nuevamente el altar, y esto nos hace recordar el hecho de que el
escenario en el cual se lleva a cabo todo este drama es el del santuario celestial.