Página 102 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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Cuando ocurrió el devastador terremoto de Lisboa en 1755, Thomas Prentice, clérigo
congregacional, aplicó a esa catástrofe el sexto sello y también Mat. 24: 27. Lo llamó un
presagio del fin del mundo y de la venida del Señor para juzgar, cuando tendría lugar el
cumplimiento supremo.
El despertar adventista del siglo XIX.-
Precisamente antes del despertar adventista del siglo XIX en el Viejo Mundo, Andrew Fulier
(1754-1815), teólogo bautista de Ketteringham, Inglaterra, retomó la teoría de Mede: que al
terminar el séptimo sello vendrían a continuación las trompetas. Pero el dominico francés
Bernard Lambert, en 1806 consideró el sexto sello como las convulsiones literales del cielo y
de la tierra precisamente antes de la gran consumación, y la media hora de silencio como una
breve tregua antes de los últimos tremendos juicios. Por el contrario, James H. Frere ubicó
en 1815 el cumplimiento de los sellos en el Imperio Romano de Occidente, como un período
paralelo al de las siete trompetas en el Imperio de Oriente.
Muchos escritores británicos sostenían en los comienzos del despertar adventista del siglo
XIX, que los siete sellos abarcaban la era cristiana, y así también lo hicieron 115 el juez
francés Pierre J. Agier y el profesor suizo Louis Gaussen. Henry Drummond, miembro del
parlamento británico (1786-1860), veía en los sellos a la iglesia cristiana a través de los
siglos, cambiando de la pureza a la apostasía. El sexto sería "el castigo del papado, que
comenzó con la Revolución Francesa"; y el séptimo, la destrucción de "toda la cristiandad".
Varios creían -James Leslie de Edimburgo, Matthew Habershon, inglés arquitecto de iglesias
y William Anderson, ministro presbiteriano escocés- que el sexto sello era la Revolución
Francesa. Pero William Cuninghame (1813), Alexander Keith de Escocia (1826) y George
Croly de Irlanda (1827), sostenían que el sexto sello era aún futuro.
Intérpretes norteamericanos.-
Unos pocos Intérpretes norteamericanos no mileritas, del siglo XVIII o comienzos del XIX
-Uzal Ogden, William F. Miller, Aarón Kinne y Ethan Smith- siguieron a Mede al limitar los
seis primeros sellos a los primeros siglos; pero el Dr. Amzi Armstrong, educador y clérigo
presbiteriano, en 1815 sostuvo el punto de vista predominante de que los sellos presentan la
historia de la iglesia de la siguiente forma: (1) a partir del "blanco" apostólico; (2) a través del
"rojo" de las persecuciones paganas hasta el tiempo de Constantino; (3) durante el período
"negro", de hambre por la Palabra de Dios, desde Constantino hasta las invasiones de los
bárbaros; (4) el período "pálido" de la extinción de la vida espiritual hasta la Reforma; (5) el
reavivamiento del espíritu de los mártires; (6) las grandes sacudidas, cuando el reino de
piedra herirá a todos los reinos terrenales, y (7) la paz y el descanso del milenio.
Samuel M. McCorkle, laico de la Iglesia de los Discípulos, declaró que los siete sellos nos
llevan a través de la introducción del cristianismo, las primeras persecuciones paganas, el
apoyo estatal para la iglesia, las corrupciones consecuentes, las persecuciones eclesiásticas,
la iglesia enrollada como un rollo y removida, y finalmente el descenso de la nueva
Jerusalén, o el milenio.
Para el canadiense Adam H. Burwell, los siete sellos junto con las siete iglesias y las siete
trompetas, terminan "en el gran día de la ira y de la venida del Hijo del Hombre". Los
dirigentes del movimiento milerita escribieron poco acerca de los sellos; su mente estaba
ocupada en las siete trompetas, las dos bestias, las dos mujeres de Apoc. 12 y 17, los dos
testigos, los períodos con elementos cronológicos y el milenio. Aceptaban como algo
axiomático que los siete sellos cubrían la era cristiana, en lo cual estaban de acuerdo con la
mejor erudición del pasado.