V. Los dos testigos: personajes vivientes; después los dos
Testamentos.
La explicación más antigua: Enoc y Elías.-
El concepto más antiguo en cuanto a los dos testigos de Apoc. 11 fue que eran dos personas
vivas -probablemente Enoc y Elías- que volverían a la tierra para testificar. Tertuliano (c.
160-c. 240) hizo 118 una aplicación tal y además Hipólito (m. c. 236), que también fue del
siglo III, y Ambrosio del siglo IV. Concordaron con esta interpretación la mayoría de los
exégetas desde Primasio en el siglo VI hasta Ubertino de Casale, del siglo XIV: continuaban
considerando que Enoc y Elías predicarían personalmente el arrepentimiento. Hubo unas
pocas variantes. El benedictino Berengaud sugería que "los ministros cristianos" podrían ser
los testigos. Joaquín de Fiore (siglo Xll) los concebía como dos órdenes espirituales que se
organizarían.
Los "3 1/2 días" computados como 3 1/2 años.-
Por lo menos una media docena de intérpretes entre Ticonio (c. 380) y Pierre Jean d'Olivi (m.
1298), siguieron a Teodoreto al aplicar el principio del día-año más allá de las 70 "semanas
de años" iniciales. Lo emplearon también para los 3 1/2 "días" de los testigos.
Surge el concepto de los dos Testamentos.-
Bruno de Segni, del siglo XII, introdujo un concepto nuevo: que los dos testigos -además de
ser Enoc y Elías- serían espiritualmente los doctores de la iglesia fortalecidos por los dos
Testamentos de las Sagradas Escrituras, que son los testigos del Señor.
Ubertino de Casale, líder de los espirituales, en 1305 acusó al papa Bonifacio VIII de ser el
"anticristo simbólico". Aunque todavía consideraba que los dos testigos eran Enoc y Elías,
que serían muertos por el "anticristo manifiesto", los consideraba también espiritualmente
como San Francisco y Santo Domingo, representados por las órdenes que ellos fundaron, y
que serían perseguidos por el "anticristo simbólico". En ese tiempo ambos conceptos se
defendían paralelamente.
La enseñanza de la Reforma acerca de los testigos.-
Durante los dos siglos siguientes hasta el tiempo de la Reforma protestante, se creía que los
predicadores de los últimos días estaban simbolizados por Enoc y Elías (el tratado de los
lolardos
The Lantern of Light,
c. 1400), o por la venida de Elías (Matthias de Janow, c. 1380).
Pero Heinrich Bullinger consideraba a los dos testigos sencillamente como los mártires
cruelmente muertos por el anticristo papal. Más tarde un comentario sobre el Apocalipsis
(1558), atribuido a Johann Funck, afirmó audazmente que los dos testigos eran el Antiguo y
el Nuevo Testamento. Matías Flacio (1520-1575), el primer historiador eclesiástico
protestante, afirmaba lo mismo, y también John Napier (1550-1617), antiguo expositor
escocés del Apocalipsis. Napier destacaba que el término "testamento" deriva del latín
testamentum,
que a su vez deriva de
testis,
que significa "testigo". Así se afirmó la tesis de
los dos Testamentos.
La Contrarreforma interpreta los dos testigos como individuos.-
En la contrarreforma católica, el Jesuita Belarmino, futurista que se apoyó en la obra de
Ribera, mantuvo que Enoc y Elías eran los dos testigos y que los 42 meses eran
sencillamente 3 1/2 años literales aún futuros. Pero el preterista Alcázar restringió el término
a los primeros testigos cristianos del pasado. El erudito protestante Hugo Grocio
(1583-1645), que seguía la interpretación de Alcázar, relacionaba los 42 meses de Apoc. 11