esperada "Era del Espíritu". Este fue el comienzo de un creciente desacuerdo.
Los primeros reformadores se aferran al milenio agustiniano.-
Lutero se opuso a la pretensión de Roma de ser la nueva Jerusalén, y declaró que era
Babilonia; sin embargo, la mayoría de los primeros reformadores, en todos los países, todavía
sostenían una forma modificada del concepto agustiniano de los mil años. Unos pocos
escritores, como François Lambert, Miguel Servet y Sebastián Castellion, de Basilea,
colocaron los mil años en el futuro; pero no había aún una tendencia general hacia ese
concepto.
Mede, restaurador del premilenarismo.-
El restablecimiento del premilenarismo entre los protestantes se llevó a cabo y popularizó
mayormente debido a Joseph Mede, de Cambridge, quien sostenía que el segundo
advenimiento destruiría al anticristo e inauguraría el milenio, el cual tendría lugar entre las
dos resurrecciones. Mede hablaba de la nueva Jerusalén como si estuviera sobre la tierra
durante el milenio; pero creía que los santos estarían en el cielo al terminar ese período. Los
133 que hablaban de "la quinta monarquía" generalmente pensaban en un futuro milenio
sobre la tierra, aunque algunos de ellos, en sus esfuerzos por entender la inauguración de
ese reino, tendieron a un postmilenarismo más bien que a un premilenarismo.
Otros escritores, como Thomas Goodwin, William Sherwin, Thomas Burnet, Johann Piscator y
Robert Fleming, h., defendieron el concepto premilenarista.
Surge un punto de vista revolucionario postmilenarista.-
Daniel Whitby, párroco anglicano de Salisbury, Inglaterra, introdujo en 1703 la tesis
revolucionaria del
post
milenarismo, según la cual la restauración de los judíos como nación,
la caída del papado y de los turcos, la conversión del mundo (que él denominaba la "primera
resurrección"), darían comienzo a un reinado universal de la justicia, la paz y la victoria
durante mil años,
antes
del segundo advenimiento.
Whitby fue seguido en esta teoría por el profesor holandés Campegius Vitringa y otros,
aunque se opusieron categóricamente el obispo Thomas Newton, John Gill, Georg Hermann
Giblehr, Joseph Galloway y muchos otros del siglo XVIII. Sin embargo, el postmilenarismo
inundó al protestantismo, particularmente al creciente sector racionalista, y apareció en los
comentarios más divulgados como el de Matthew Henry, Thomas Scott y Adam Clarke.
La Norteamérica colonial fue predominantemente premilenarista.-
En la Norteamérica colonial por lo menos un escritor, Thomas Parker, se aferró a una forma
modificada de la teoría agustiniana del milenio; pero fuera de esto, el concepto premilenarista
revivido, con su resurrección literal y advenimiento, fue la norma. Jonathan Edwards aceptó
en 1774 el postulado postmilenarista de Whitby, y fue seguido por Joseph Bellamy (1758) y
Samuel Hopkins (1793). El postmilenarismo predominaba en las iglesias en los comienzos
del siglo XIX, cuando se produjo la creciente protesta de un premilenarismo redivivo y
militante.
El premilenarismo de comienzos del siglo XIX.-
AL comenzar el siglo XIX muchos intérpretes europeos comenzaron a reexaminar la doctrina
del segundo advenimiento anterior al milenio. Entre los primeros estuvieron dos católicos: el
sacerdote Bernard Lambert, de Francia, y el jesuita chileno Manuel de Lacunza, expulsado de
España e Italia. Estos dos escritores, aunque retuvieron su futurismo católico, abandonaron
el milenio agustiniano, pues sostuvieron que el reino del milenario sería el reinado personal
de Cristo en la tierra, reino que no vendría sino hasta el segundo advenimiento de Cristo y la
destrucción del anticristo eclesiástico, que uno interpretó como si fueran los papas de los