uno de los manuscritos de dicho autor. Los otros únicamente dicen que Juan murió en paz;
pero es evidente que no citan en nada a Papías. Por lo tanto, es muy difícil saber
exactamente qué fue lo que dijo Papías acerca de la muerte de Juan. Si en verdad escribió
que Juan, como Santiago, fue muerto por los judíos, esto no implica que sus muertes
ocurrieron al mismo tiempo o muy cerca la una de la otra. En el Apocalipsis inclusive se
afirma que, en el tiempo en que fue escrito, los judíos aún seguían causando dificultades a
los cristianos, y si Juan finalmente murió como mártir bien pudo haber sido como resultado de
las intrigas de los judíos.
Una tercera cita de Papías la registra el historiador eclesiástico Eusebio (m. en 340 d. C.):
"No pesará escribir con nuestras interpretaciones las cosas que en otro tiempo aprendí y
encomendé a la memoria, para que se afirme la verdad de las mismas con nuestra aserción...
Porque si entretanto me salía al encuentro alguno que había tratado con los ancianos, le
preguntaba curiosamente cuáles fuesen los dichos de los ancianos; qué acostumbraban a
decir [Gr.
éipen
, 'dijo'] Andrés, Pedro, Felipe, Tomás, Santiago, Juan, Mateo, y qué los demás
discípulos del Señor; qué predicaron [Gr.
légousin
, 'dicen'] Aristión y el presbítero Juan,
discípulo del Señor. Pues yo estimaba que no podría sacar tanta utilidad de las lecturas de
los libros cuanto de la viva voz de los hombres todavía sobrevivientes" (
Historia eclesiástica
iii. 39. 3-4).
Este pasaje ha dado lugar a muchas conjeturas. Eusebio lo interpretó como que hubieran
existido dos hombres llamados Juan que vivieron en Asia a fines del siglo I d. C.: el apóstol y
otro hombre que era presbítero o anciano. La opinión de Eusebio era que este último era el
que había conocido Papías personalmente, y que fue el que escribió el Apocalipsis, mientras
que el apóstol había sido el autor del Evangelio.
Sin embargo, es posible interpretar de otra manera las palabras de Papías. Zahn, erudito
alemán del Nuevo Testamento, hace notar (
Introduction to the New Testament
, 2. a ed., t. 2,
pp. 451-453) que en la declaración de Papías no hay una verdadera distinción entre
presbíteros y apóstoles. Papías dice que "preguntaba" acerca de "los dichos de los
ancianos", e inmediatamente sigue con una lista de los apóstoles; luego cuando menciona al
"presbítero Juan" lo identifica enseguida como uno de los "discípulos del Señor". La única
distinción entre los dos grupos que menciona radica en la diferencia del tiempo del verbo,
pretérito en el primero y presente en el segundo, lo que sugiere que los del primer grupo
mencionado eran discípulos de Jesús que habían vivido o dado su testimonio antes del
tiempo de Papías, mientras que los del segundo grupo aún vivían, y Papías podía obtener de
ellos información. Si se acepta 736 el testimonio de Ireneo (p. 734), el apóstol Juan estaría
incluido en ambos grupos, y por eso sería concebible que fuera mencionado dos veces.
El esfuerzo de Eusebio por encontrar dos Juanes en la declaración de Papías se hace más
comprensible por el hecho de que sus conclusiones fueron influidas por la obra de Dionisio,
obispo de Alejandría (m. en 265 d. C.; ver Eusebio,
op. cit.
vii. 24-25). Dionisio reaccionó
contra algunos cristianos que destacaban la idea de un milenario literal, y escribió una obra
titulada
Tratado acerca de las promesas
, en la cual procuraba mostrar mediante eruditos
argumentos que el Apocalipsis no fue escrito por el apóstol Juan sino por otro escritor con el
mismo nombre. Dionisio es el primer padre de la iglesia que duda del origen apostólico del
Apocalipsis, y sus argumentos han quedado como clásicos para los especialistas que
comparten su punto de vista.
Dionisio fundamenta sus críticas mayormente en el hecho de que hay evidentes diferencias
entre el lenguaje del Evangelio y el del Apocalipsis. Los vocabularios de ambos muestran
marcadas diferencias; una cantidad de palabras que aparecen con mucha frecuencia en uno,
son raras en el otro. Los siguientes ejemplos son particularmente notables:
kósmos
,
"mundo", aparece en el Evangelio 79 veces, pero en el Apocalipsis sólo 3 veces;
alétheia
,