Página 135 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

Versión de HTML Básico

El Apocalipsis es una "revelación de Jesucristo" en acción para perfeccionar un pueblo en la
tierra a fin de que pueda reflejar su carácter inmaculado, y para guiar a su iglesia a través de
las vicisitudes de la historia hacia la realización del propósito742 eterno de Dios. Aquí, en
una forma más completa que en cualquiera otra parte de las Sagradas Escrituras, el velo que
oculta lo invisible de lo visible se descorre para revelar "detrás, encima y entre la trama y
urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los agentes del Ser
misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios"
(Ed 169).
El Apocalipsis tiene cuatro divisiones principales o líneas proféticas: (1) las siete iglesias,
cap. 1-3; (2) los siete sellos, cap. 4 a 8: 1; (3) las siete trompetas, cap. 8:2 a 11 y (4) los
sucesos finales del gran conflicto, cap. 12-22.
Si se tiene en cuenta que el lenguaje del libro es a menudo sumamente figurado, es esencial
descubrir la intención y el propósito de su autor inspirado y el significado de la obra para los
lectores a quienes originalmente se dirigía. De otro modo, la interpretación de sus figuras -y
por lo tanto de su mensaje- puede reflejar una simple opinión personal. Los primeros lectores
eran cristianos que hablaban griego, y quienes, ya fueran judíos o gentiles, consideraban los
escritos del canon del AT como la Palabra inspirada de Dios (ver com. Juan 5:39; Hech.
24:14; 2 Tim. 3:16-17) y estaban dispuestos a interpretar la nueva revelación en estrecha
relación con la antigua. Por lo tanto, las siguientes observaciones y principios serán de
utilidad para una correcta interpretación del Apocalipsis.
"En el Apocalipsis se encuentran y terminan todos los libros de la Biblia", y es, en un sentido
especial, "el complemento del libro de Daniel" (HAp 419). Mucho de lo que estaba sellado en
el libro de Daniel (ver com. Dan. 12:4) es revelado en el libro del Apocalipsis, y los dos
deben estudiarse juntos. El Apocalipsis contiene citas o alusiones de 28 de los 39 libros del
AT. De acuerdo con un erudito hay 505 citas y alusiones tales, de las cuales unas 325 son
de los libros proféticos: Isaías, Jeremías, Ezequiel, y Daniel en particular. De los profetas
menores son más comunes las referencias a Zacarías, Joel, Amós y Oseas. De los libros del
Pentateuco se hace uso especialmente de Exodo. De las secciones poéticas se emplea
Salmos (ver com. Luc. 24:44). Algunos también encuentran ecos de los siguientes libros del
NT: Mateo, Lucas, 1 y 2 Corintios, Efesios, Colosenses y 1 Tesalonicenses, Hay ilustraciones
de la forma en que Juan emplea el lenguaje y las figuras del AT en la Nota Adicional de Apoc.
18; ver com. Isa. 47: l; Jer. 25:12; 50: l; Eze. 26:13. Un examen de las citas y alusiones
revela que él traducía directamente del AT hebreo, aunque a veces bajo la influencia de la
LXX o una versión griega posterior.
Una comprensión clara de estas citas y alusiones en su marco histórico en el AT, es el primer
paso para la comprensión de los pasajes donde aparecen en el Apocalipsis. Entonces puede
estudiarse el contexto en que las usa Juan para descubrir el significado que él les da. Esto
se aplica particularmente a los nombres de personas y lugares, y a cosas, hechos y sucesos.
Como muchos de los símbolos del libro del Apocalipsis ya eran conocidos en la literatura
apocalíptico judía, esa literatura a veces ayuda a aclarar el significado de esos símbolos. Los
que están familiarizados con la historia romana de ese tiempo también observarán que el
lenguaje de Juan describe a menudo el Imperio Romano y las vicisitudes de la iglesia bajo su
dominio. Por lo tanto, un estudio de la historia romana de ese período aclara algunos
pasajes que de otra manera serían oscuros. Finalmente debe prestarse atención a las
formas de pensamiento y expresión de la época a la luz del fondo cultural de ese tiempo.
Al determinar el significado de las escenas sucesivas que pasaron delante de Juan en visión,
conviene recordar que el Apocalipsis fue dado para guiar, consolar y fortalecer a la iglesia no
sólo de esa época sino a través de la era cristiana hasta el fin del tiempo (ver HAp 417, 419).
En él fue predicha la historia de la iglesia para el beneficio y vital consejo de los creyentes de