Página 15 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

Versión de HTML Básico

pesadilla para los gobernantes bizantinos de Italia y para los papas de Roma. También se
incorporaron a la iglesia romana.
Otros pueblos también participaron en este proceso histórico. Los vándalos arrianos, que
precedieron a los visigodos, cruzaron las Galias y entraron en España (409); después
cruzaron el estrecho de Gibraltar, penetraron en el norte del África y prosiguieron hacia el
este ocupando las prósperas ciudades (430), centros de cultura de la colonización de Roma.
El norte del África era un centro de cristianismo católico romano; pero los vándalos, dados a
la persecución, decidieron que los católicos romanos se convirtieran a la fe arriana. Los
resultados fueron muy tristes para los cristianos católicos romanos que no estaban en
condiciones de defenderse en esa región. El emperador Justiniano, cuya sede estaba en
Constantinopla, pero que tenía a todo el Imperio bajo su dominio nominal, finalmente envió
ejércitos al norte del África, y hacia el año 534 venció completamente a la raza vándala. Así
fue desarraigado, debido a la influencia de la iglesia de Roma, uno de los "diez cuernos" de
Daniel, símbolo de las tribus germánicas de la Europa occidental (ver com. Dan. 7:8).
En el siglo V, antes de que los lombardos entraran en Italia (568), muchos germanos de las
diversas tribus del norte se habían convertido en auxiliares del ejército romano que estaba en
las proximidades de Roma. Odoacro, un caudillo de esas tribus germánicas, fue nombrado
general de los auxiliares. El emperador Nepote fue enviado al exilio en el año 475, y
Orestes, el rebelde vencedor, dio el trono imperial a Rómulo Augústulo, hijo de Nepote, de 14
años de edad. Orestes provocó un motín entre sus mercenarios porque no accedió a la
petición de ellos de que se les entregara un tercio de Italia. Entonces Odoacro se hizo cargo
de la situación; el 23 de agosto de 476 fue proclamado rey, y Orestes fue encarcelado y
decapitado. Augústulo fue depuesto del trono, pero se le preservó la vida. Esta revolución,
que ocurrió en el año 476 d. C., suele considerarse como el punto final del Imperio Romano
de Occidente.
Debe destacarse que Odoacro no pretendió ser emperador, ni tampoco lo hizo ninguno de los
reyes germanos de esa época. Odoacro tomó las diversas insignias del gobierno imperial
que encontró en Roma, y las envió a Constantinopla con el mensaje de que él no las usaría ni
tampoco ningún otro, pues no habría otra vez nadie que gobernara como emperador en el
Occidente. Desde entonces el emperador de Oriente fue el gobernante nominal de todo el
Imperio Romano.
Pero Odoacro y sus seguidores arrianos pronto entraron en pugna con las autoridades
católicas romanas y más tarde con las hordas invasoras de los ostrogodos procedentes del
este, las cuales ocuparon a Italia bajo la dirección de Teodorico. Después de menos de
veinte años del gobierno hérulo-rugio de Odoacro, éste fue muerto por Teodorico, y los
ostrogodos quedaron como amos absolutos de la situación. Los ostrogodos arrianos tuvieron
dificultades con el poder católico romano en los años de los sucesores de Teodorico.
Entonces Justiniano, emperador en Constantinopla, vino en ayuda de la Iglesia Católica, cuyo
obispo él ya había reconocido como "cabeza de todas las iglesias". Poco antes había
conquistado a los vándalos, y entonces envió sus ejércitos a Italia, los cuales combatieron
contra los ostrogodos durante veinte años. En el año 538 los ostrogodos fueron expulsados
de Roma, la que ocuparon después sólo transitoriamente, y alrededor del año 554 dejaron de
existir como pueblo. Así llegó a su fin la 25 tercera y última de las tribus que les fue
imposible vivir en paz con la iglesia de Roma. Ver com. Dan. 7:8.
Las tribus que quedaron llegaron a ser precursoras de las naciones europeas actuales. O se
convirtieron del paganismo al catolicismo romano, o dejaron el arrianismo para aceptar el
catolicismo.
Conversión de las tribus bárbaras.-