por su Palabra" (
Contra herejías
iii. 11.1). Hay también evidencia histórica de que más o
menos un siglo después hubo una secta gnóstica llamada de los nicolaítas. Algunos padres
de la iglesia que nos informan respecto a esta secta (Ireneo,
Contra herejías
i. 26, 3; Hipólito,
Refutación de todas las herejías
vii. 24), identifican a su fundador con Nicolás de Antioquía,
uno de los siete diáconos (Hech. 6: 5). No sabemos si esta tradición relativa a Nicolás el
diácono es correcta, pero la secta puede ser la misma mencionada por Juan. Los seguidores
de esta secta parecen haber enseñado, por lo menos en el siglo II, que las obras 762 de la
carne no afectan la pureza del alma, y por consiguiente no tienen que ver con la salvación.
7.
El que tiene oído.
Es decir, preste atención a los consejos que se han dado (ver com. cap.1: 3; cf. com. Isa. 6:
9-10; Mat. 11: 15). Esta misma declaración acompaña la promesa para cada una de las siete
iglesias.
Oiga.
El verbo griego usado aquí significa oír con comprensión (cf. com. Hech. 9: 4). El oír la
Palabra de Dios no tiene sentido si la vida no es modelada a semejanza de lo que se ha oído
(ver com. Mat. 19: 21-27).
Las iglesias.
La promesa dirigida particularmente a la iglesia de Efeso es, en un sentido especial, para
todas "las iglesias" de los tiempos apostólicos representadas por esta iglesia; pero aunque
era particularmente apropiada para ella, se aplica también a los creyentes de todas las
edades (ver com. cap. 1: 11).
Venciere.
La flexión del verbo en griego implica que la persona "continúa venciendo". La victoria es un
tema que se repite en el Apocalipsis. Las promesas del Apocalipsis han sido especialmente
preciosas para los perseguidos hijos de Dios de todos los siglos. Sin embargo el contexto
(vers. 2-6) sugiere que esta victoria es en un sentido especial el triunfo sobre los falsos
apóstoles y maestros que habían estado tentando a los creyentes a comer del árbol del
conocimiento humano. ¡Cuán apropiado es que la recompensa por la victoria sea el acceso al
árbol de la vida!
Árbol de la vida.
Ver com. Gén. 2: 9; Apoc. 22: 2.
En medio.
Como en el jardín del Edén (Gén. 2: 9). La ubicación destaca la importancia del árbol en el
plan de Dios para un mundo perfecto.
Paraíso.
Ver com. Luc. 23: 43. El huerto del Edén era el "paraíso" en la tierra. Cuando el Edén sea
restituido a este mundo (ver PP 46-47; CS 704, 706), la tierra llegará nuevamente a ser un
"paraíso".
En cuanto a la aplicación del mensaje a la iglesia de Efeso en determinado período en la
historia, ver Nota Adicional al final de este capítulo; y en cuanto a la aplicación del mensaje a
la iglesia literal, ver com. Apoc. 1: 11.