8.
Ángel.
Ver com. cap. 1: 20.
Esmirna.
Durante mucho tiempo se creyó que este nombre derivaba de
múron,
el nombre de una goma
aromática que se extraía del árbol arábigo
Balsamodendron myrrha
. Esta goma se usaba
para embalsamar a los muertos, como medicina era un ungüento o bálsamo, y también se
quemaba como incienso. Ver com. Mat. 2: 11. Los eruditos se inclinan ahora a opinar que
este nombre deriva de Samorna, una diosa de Anatolia que era adorada en Esmirna (ver p.
98). Acerca de la antigua ciudad de Esmirna, ver p. 96; mapa p. 640. No hay registro de
cuándo ni durante el ministerio de quién se estableció la iglesia de Esmirna. Esta iglesia no
es mencionada en ningún otro lugar de las Escrituras.
El período histórico correspondiente a la iglesia de Esmirna puede considerarse que
comienza a fines del siglo I (c. 100 d. C.) y continúa aproximadamente hasta el año 313 d. C.,
cuando el emperador Constantino favoreció la causa de la iglesia (ver Nota Adicional al final
del capítulo; com. vers. 10); pero algunos sugieren el año 323 d. C., la fecha de la supuesta
conversión de este emperador al cristianismo. Debe notarse que las profecías de los cap. 2 y
3 no son, en sentido estricto, profecías que indiquen tiempo exacto; las fechas se sugieren
sencillamente para facilitar la correlación aproximada de la profecía con la historia.
El primero y el postrero.
Ver com. cap. 1: 8, 17.
Estuvo muerto.
Ver com. cap. 1: 18; 2: 1. Para una iglesia que enfrentaba la persecución y la muerte por su
fe, el énfasis sobre la vida en Cristo cobraba un significado especial.
9.
Tus.
Ver com. vers. 2.
Obras.
La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de esta palabra. Ver com. vers. 2.
Tribulación.
O "aflicción", "dificultad". Persecuciones intermitentes lanzadas por diferentes emperadores
romanos, caracterizaron la situación de la iglesia durante este período. En el tiempo de los
emperadores Trajano (98-117), Adriano (1 17-138) y Marco Aurelio (161-180), la persecución
fue esporádica y local. La primera persecución general y sistemática contra los cristianos fue
obra de Decio (249-251) y Valeriano (253-259). La opresión política llegó a su manifestación
más sangrienta con el emperador Diocleciano (284-305) y sus sucesores inmediatos
(305-313). El período representado por la iglesia de Esmirna bien puede llamarse
históricamente el tiempo de los mártires. Los siglos que han transcurrido desde entonces 763
han sido perfumados (ver com. vers. 8) con el amor y la consagración de los millares de
anónimos que en este período fueron fieles "hasta la muerte".