Pobreza.
Gr.
pt
Ç
jéia
, "pobreza extrema" (cf. Mar. 12: 42). La iglesia de Esmirna sin duda no era tan
grande ni tan próspera como la congregación vecina de Efeso. Los cristianos de Efeso
habían dejado "su primer amor ", sin embargo no se le hace esta tensión a los de Esmirna.
En cambio Cristo les recuerda que son espiritualmente "rios" (ver com. Sant. 2: 5).
Blasfemia.
Gr.
blasfemía,
"maledicencia", "difamación", ya sea acerca de Dios o del hombre. En este
contexto podría ser preferible traducción "calumnia".
Judíos.
Probablemente "judíos" en sentido figurado y no literal (los cristianos ahora son un símbolo
de Israel: Rom. 2: 28-29; 9: 6-7; Gál. 3: 28-29; 1 Ped. 2: 9). El término, tal como se usa aquí,
sin duda se refiere a los pretendían servir a Dios, pero en verdad servían a Satanás.
La figura tiene una base histórica. El libro de los Hechos revela que muchas de las
dificultades de la iglesia primitiva surgieron de calumnias y acusaciones lanzadas por los dios
contra los cristianos (Hech. 13: 45; 4: 2, 19; 17: 5, 13; 18: 5-6, 12; 21: 27). Esa situación
evidentemente existía en Esmirna. Se dice que en el siglo II los judíos causaron martirio de
Policarpo, obispo de Esmirna. durante ese tiempo Tertuliano habla de las sinagogas como
"fuentes de persecución" (
Scorpiace
10).
No lo son.
Eran hipócritas.
Sinagoga de Satanás.
Compárese con el vergonzoso calificativo "generación de víboras" (Mat. 3: 7). La sinagoga,
como centro de vida comunal judía (ver t. V, pp. 57-59), sin duda el lugar donde se tramaron
muchas intrigas contra los cristianos. El nombre e Satanás significa "acusador" o "adversa"
(ver com. Zac. 3: 1; Apoc. 12: 10). Estos centros judíos llegaron a ser, literalmente,
"sinagogas del acusador".
10.
No temas nada.
Ver com. Sant. 1: 2; cf. Juan 16: 33.
Vas a padecer.
O "estás por padecer". La iglesia de Esmirna había sido indudablemente importante blanco
de las calumnias de los judíos, pero los miembros no habían sentido aún toda la violencia de
la persecución. Sin embargo, esos cristianos sin duda conocían la persecución que ya había
azotado otros lugares y tuvieron que haber pensado en que les sobrevendrían dificultades
futuras. Eso está implícito en la forma del verbo "temer": indica que ya estaban temerosos.
Cristo los consuela con la seguridad de que a pesar de las sombrías perspectivas de
persecución no tenían por qué tener temor. Ver Mat. 5: 10-12.
Probados.
O "sometidos a prueba". Satanás los sometería a persecución para obligarlos a renunciar a
su fe. Dios permitiría la persecución como un medio de fortalecer y probar la sinceridad de
su fe. Aunque Satanás ruja contra la iglesia, la mano de Dios cumple su propósito. Ver Sant.