embargo, ver Nota Adicional de Apoc. 2.
Algunas décadas después del comienzo de la Reforma, las nuevas iglesias experimentaron
un período de violenta controversia doctrinal. Finalmente se zanjaron las diferencias de
opinión adoptando credos definidos que tendían a desalentar la búsqueda de nuevas
verdades. Por un proceso similar la Iglesia Católica Romana, en los primeros siglos de su
historia, había estereotipado su teología. Protegidas por el poder y el prestigio del Estado y
resguardadas al abrigo de rígidas confesiones de credos, las iglesias nacionales del mundo
protestante por lo general llegaron a contentarse con una forma de piedad carente de su
poder. Otro factor importante que contribuyó a la apatía hacia las cosas espirituales fue el
surgimiento del racionalismo en los siglos XVII y XVIII. Ante el impacto de los
descubrimientos científicos, muchos eruditos llegaron a creer que la ley natural era suficiente
para explicar el funcionamiento del universo. A menudo concluyeron que la principal función
de Dios con relación a este mundo sólo era la de una primera causa, y que a partir de ese
acto inicial de creación, el mundo marchaba más o menos independientemente de Dios.
Hombres pensadores que creían que eran impedidos en su pensamiento teológico
independiente por las rígidas fórmulas de la ortodoxia protestante, en algunos casos se
volvieron al nuevo racionalismo filosófico. Aunque el racionalismo produjo un elevado
idealismo y suscitó reflexiones dignas de alabanza en la ciencia política y el humanitarismo,
cuando sus postulados fueron aplicados a la religión influían mucho para fomentar la frialdad
espiritual que caracterizó al protestantismo en los siglos que siguieron a la Reforma.
2.
Sé vigilante.
Respecto a la vigilancia como deber cristiano, ver com. Mat. 24:42; cf. Mat. 25:13.
Las otras cosas.
En el protestantismo en decadencia aún había ciertas características dignas de ser
conservadas aunque representara un esfuerzo. No todo se había perdido. La vida espiritual
del protestantismo estaba moribunda, pero aún no estaba muerto el sistema. La
"supervivencia" puede considerarse como la nota predominante del período de la historia de
la iglesia correspondiente a Sardis.
Tus obras perfectas.
El ardor del protestantismo durante sus primeros años prometía un avance hacia la
perfección en la comprensión de la verdad revelada y en su aplicación a la vida; pero con el
transcurso de los años, el celo y la piedad decayeron, y la iglesia se cansó del esfuerzo por
alcanzar la meta que se había propuesto.
3.
Acuérdate, pues.
Cf. cap. 2:5. 773
Has recibido.
La flexión del verbo griego no sólo indica que la iglesia de Sardis había recibido la verdad,
sino especifica que aún la tenía; no se había perdido todo. El hecho de que aún hubiera
esperanza, se destaca en la amonestación "guárdalo", en griego, "continúa guardando".
Algunos cristianos de Sardis no habían apostatado; esto aparece más claramente en el vers.
4.