ni con los principios de una correcta interpretación. Ver com. cap. 1: 11, y nótese lo
siguiente:
1. Esta hipótesis supone que la "iglesia" de Filadelfia existe simultáneamente con la de
Laodicea; pero si hay razón para entender que Filadelfia es simultánea con Laodicea, hay
igual razón para pensar lo mismo de cualquiera o de todas las demás iglesias. Si se
considera que es posible emigrar espiritualmente de Laodicea a Filadelfia, no hay ninguna
razón válida para que no sea igualmente posible -y deseable- emigrar, por ejemplo, de
Laodicea a Efeso, o de Sardis a Esmirna. Además, si se consideran coexistentes dos o más
períodos, se interrumpe el esquema consecutivo. Los mensajes individuales dejarían de
tener una relación específica y cronológica con la historia, y no habría ninguna base válida
para creer que el mensaje de Laodicea tiene una mayor y específica importancia para nuestro
tiempo que para cualquier otro.
El mensaje que se envía a cada una de las siete "iglesias" se aplicará específicamente a la
iglesia cristiana en un determinado tiempo de la historia, sólo si se acepta que las siete
"iglesias" representan siete períodos consecutivos que abarcan la era cristiana, y que cada
mensaje tiene una aplicación específica sólo en un período específico. Sólo así puede
considerarse a los cristianos de cualquier período como pertenecientes a una "iglesia" en
particular, y únicamente así el mensaje de Laodicea puede aplicarse de una manera especial
a la "iglesia" de nuestro tiempo. Por lo tanto, cuando se consideran cronológicamente las
siete "iglesias", o se afirma que representan períodos específicos de la historia, no es posible
que los cristianos de un período puedan emigrar espiritualmente a otro.
2. La hipótesis de que los laodicenses deben dejar su "iglesia" para unirse con la de Filadelfia
para ser salvos, se basa en la idea de que cada "iglesia" representa únicamente un estado o
condición espiritual particular. Es cierto que cada una de las siete tiene sus problemas
característicos y que los consejos, las amonestaciones y las promesas que se dirigen a cada
una son apropiados para todas. Pero es igualmente cierto que algunas de las "iglesias"
reflejan un estado o condición espiritual más deseable que otras.
Ahora bien, es bueno que el cristiano diligente de cualquier período de la historia haya
aspirado y aspire a reflejar las características deseables de todas las "iglesias" y a ser digno
de recibir las diferentes promesas hechas a ellas. Así también debe procurar evitar sus
características indeseables y prestar atención a las amenazas y amonestaciones que se les
dirige. Pero cuando los mensajes se consideran desde este punto de vista, son intemporales
en su naturaleza; el lector diligente los aplica a su propio caso pues considera que pueden
suplir sus necesidades personales, sin pensar en que vive en un determinado tiempo. No
tiene necesidad de pasar simbólicamente su feligresía de una a otra iglesia.
3. Hablando en términos generales, se dirigen palabras de alabanza a todas las "iglesias",
excepto a Sardis y a Laodicea; palabras de reprensión a todas, salvo a Esmirna y Filadelfia, y
palabras de promesa a las siete, y por esta razón se ve que las "iglesias" tenían miembros
deseables e indeseables. Pero en ningún caso aconseja Cristo a los miembros leales de una
"iglesia" que se supone que es desleal, que transfieran su feligresía espiritual a otra cuya
condición espiritual parece preferible. Si este fuera su propósito, tendríamos derecho a
esperar una clara exhortación a salir de Sardis o Laodicea, similar, por ejemplo, a la
exhortación para salir de Babilonia (cap. 18:4). Pero la Inspiración no ha registrado ninguna
exhortación al respecto a Laodicea ni a ninguna de las otras "iglesias". En cada caso el
remedio para el mal prevaleciente ha sido un sencillo y enfático:
"Arrepiéntete"
. A los
cristianos leales de la "iglesia" de Efeso que habían caído y "dejado" 781 su "primer amor",
no
se les aconsejó que emigrasen a Esmirna (cf. cap. 2:4-5). A los del período de Pérgamo
que albergaban las doctrinas de Balaam y de los nicolaítas (vers. 14-15),
no
se les dijo que
transfiriesen su feligresía a Efeso o a Esmirna. La "iglesia" de Sardis estaba casi muerta