Página 199 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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3.
Que estaba sentado.
De nuevo sólo se usa el participio (ver com. vers. 2).
Jaspe.
Gr.
iáspis,
que no es precisamente el jaspe moderno, sino una piedra descrita por el antiguo
naturalista Plinio, como translúcida (
Historia Natural
xxxvii). Juan se refiere repetidas veces a
piedras preciosas para describir colores brillantes, porque la luz del sol que brillaba sobre
tales piedras producía algunos de los colores más brillantes conocidos por el hombre en sus
días. El
iáspis
quizá describa aquí una luz brillante, refulgente, más notable por su brillo que
por su color.
Cornalina.
La cornalina o alguna otra piedra de color rojizo. Aquí describe una luz rojiza, brillante.
Arco iris.
Compárese con la visión del trono de Dios que tuvo Ezequiel (cap. 1:26-28).
Semejante en aspecto a la esmeralda.
Es decir, de color verde. El brillo de la luz que refulge de la presencia sobre el trono se
templa con la suave luz verde del arco iris que rodea el trono. Este arco iris representa la
combinación de la justicia y la misericordia que caracterizan a Dios (Ed 110-111; cf. PVGM
114).
4.
Trono.
Gr.
thrónos,
"tronos". Los 24 ancianos están sentados sobre los 24 tronos que rodean el
trono de Dios.
Veinticuatro ancianos.
Esta escena hace recordar a Isa. 24:23 (LXX): "Reinará el Señor.. y delante de los ancianos
será glorificado". El hecho de que estos ancianos estén vestidos con vestiduras blancas, que
pueden simbolizar justicia (ver com. Apoc. 3:4), y que tienen sobre sus cabezas "coronas"
(
stéfanos
, emblema de victoria; ver com. cap. 2: 10), ha inducido a algunos a sugerir que
representan a hombres redimidos. En una interpretación se explica que la 784 descripción del
trono celestial de los cap. 4 y 5 debe ubicarse en un tiempo antes de que comiencen a
suceder los acontecimientos simbolizados por los siete sellos. Si así es, entonces los 24
ancianos, si son seres humanos, necesariamente debían ser hombres que ya estaban en el
cielo en los días de Juan. Los adventistas a menudo los han identificado con los santos que
se levantaron de sus tumbas cuando Cristo resucitó (Mat. 27: 52-53; cf. Efe. 4: 8), pues ése
es un grupo que se sabe que fue resucitado. La resurrección principal aún se halla en el
futuro (1 Tes. 4: 16). Por lo tanto, es un hecho que la presencia de seres humanos en el cielo
no puede tomarse como una evidencia de que la resurrección de todos los redimidos debe
preceder a los acontecimientos que se describen en los sellos.
Otra interpretación compara a los 24 ancianos con las 24 órdenes del sacerdocio levítico. Así
como los sacerdotes ministraban delante de Dios en el santuario terrenal, así también Juan
ve a 24 ancianos que ministran en el santuario celestial.