Página 217 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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Gn
hád
'
s,
"la morada de los muertos" (ver com. Mat. 11: 23). La muerte y el Hades son
personificados y representados: la una, jineteando el caballo; el otro, siguiéndola.
La cuarta parte de la tierra.
Quizá significa una vasta extensión de la tierra.
Espada.
Gr.
romfáia
(ver com. cap. l: 16). La enumeración, espada, hambre, muerte (o pestilencia, ver
com. "mortandad") y fieras, puede considerarse como una descripción del deterioro
progresivo de la civilización que viene después de la guerra. Los estragos de la espada, que
mata a los hombres y destruye las cosechas, produce el hambre, la que causa el deterioro de
la salud y produce pestilencias; y cuando éstas han cobrado su tributo, la sociedad queda tan
debilitada que no puede protegerse contra los ataques de las fieras.
Cuando el cuarto jinete se aplica a un período particular de la historia cristiana, parece
representar la situación especialmente característica del período que va desde el año 538 al
1517, poco más o menos, o sea el comienzo de la Reforma (cf. p. 770; ver com. cap. 2:18).
Mortandad.
Literalmente "con muerte". "Matar... con mortandad" no es del todo claro. La dificultad quizá
se resuelve mejor cuando se entiende que la palabra que se traduce como "muerte",
thánatos
, significa a veces "peste". La LXX repetidas veces traduce la palabra hebrea
déber
,
"pestilencia", como
thánatos
, "muerte" (Lev. 26:25; Jer. 21:6; Eze. 5:12). Juan, para quien el
pensamiento semítico era más natural que el griego, sin duda sigue aquí el uso de la LXX
más bien que una definición estrictamente griega de la palabra.
9.
El altar.
Este altar, presentado en el cuadro profético, quizá hacía recordar el altar de bronce del
santuario hebreo, y puede deducirse que los mártires eran sacrificios presentados delante de
Dios. La sangre de las víctimas o sacrificios era derramada en la base de ese altar (Lev.
4:7), y "la vida [LXX
psuj
'
, 'alma'] de la carne en la sangre está" (cap. 17: 11); por lo tanto, las
almas, o los que habían sido muertos como mártires por la fe, pueden considerarse
figuradamente que están debajo del altar. La tradición judía posterior expuso la idea de que
los muertos de Israel estaban sepultados, por así decirlo, debajo del altar, y que los que
estaban sepultados debajo del altar eran enterrados, por así decirlo, debajo del trono de la
gloria 794 ver Strack y Billerbeck,
Kommentar zum Neuen Testament,
t. 3. p. 803).
Algunos sostienen que el altar debe identificarse con el que se menciona en Apoc. 8:3.
Almas.
Gr.
psuj
'
.
Ver com. Mat. 10:28. Debe recordarse que Juan contemplaba representaciones
gráficas, y que, por lo tanto, deben tenerse en cuenta las reglas que rigen la interpretación de
tales profecías cuando se intenta comprender el significado de los diversos símbolos (ver
com. Eze. 1:10). Juan vio un altar en cuya base estaban las "almas" de los mártires. Las
regias de interpretación no nos obligan a localizar un altar específico en un lugar determinado
y en un momento definido de la historia. Como ocurre con los detalles de una parábola, no
todos los elementos de un símbolo profético necesariamente son de valor para la
interpretación. Parece que el simbolismo del quinto sello fue presentado para animar a los
que se enfrentaban al martirio y a la muerte, para darles la seguridad de que a pesar del