triunfo aparente del enemigo, finalmente llegaría su vindicación. Este incentivo era
especialmente animador para los que vivían en los tiempos de las terribles persecuciones del
fin de la Edad Media; pero más aún durante el tiempo de la Reforma y después (c.
1517-1755; ver pp. 44-70; com. vers. 12). A ellos les habrá parecido que el largo período de
opresión nunca acabaría. El mensaje del quinto sello les confirmó que la causa de Dios
triunfaría finalmente. Los que pasen por el último gran conflicto recibirán el mismo estímulo
(ver 2JT 151).
Cualquier intento de interpretar que estas "almas" son los espíritus incorpóreos de mártires
difuntos, violenta las reglas de interpretación de las profecías simbólicas. A Juan no se le dio
una visión del cielo como en realidad es. Allí no hay caballos blancos, bermejos, negros o
pálidos, montados por jinetes belicosos. Jesús no está en el cielo en la forma de un cordero
con una sangrante herida de cuchillo. Los cuatro seres vivientes no representan criaturas
aladas reales con características de animales (ver t. III, pp. 1128-1129). Tampoco hay allí
"almas" que yacen en la base de un altar. Toda la escena fue una representación gráfica y
simbólica que tenía el propósito de enseñar la lección espiritual que ya hemos destacado.
Los que habían sido muertos.
El tema de la revelación ahora cambia de una descripción de escenas prevalecientes de
destrucción y muerte, en las cuales sufre el pueblo de Dios, y se enfoca en la condición de
los santos.
La palabra de Dios.
Ver com. cap. 1:2, 9.
Testimonio.
Ver com. cap. 1:2, 9.
10.
Clamaban.
Es decir, en la representación gráfica ya explicada (ver com. vers. 9). Se oye hablar a las
"almas".
Señor.
Gr.
despót
'
s
(ver com. Luc. 2:29). Lo opuesto a
despót
'
s
es
dóulos
, "esclavo" (cf. 1 Ped. 2:
18). Los mártires han demostrado al dar su vida que son verdaderos "siervos de Dios" (ver
Tito l: l; cf. com. Apoc. 6:11), y de esta manera él es su Señor. Aquí probablemente se
refiere al Padre.
Santo y verdadero.
Ver com. cap. 3:7, donde se aplican estas palabras a Cristo.
Vengas.
Los mártires no piden vengarse ellos mismos; lo que buscan es la vindicación del nombre de
Dios (cf. Rom. 12: 19; ver com. Apoc. 5:13).
Los que moran.
Ver com. cap. 3: 10.
11.