Aunque Juan no ha mencionado antes a estos siete ángeles, es evidente que da por sentado
que su identidad queda suficientemente establecida por la declaración de que son "los siete
ángeles que estaban en pie ante Dios".
Siete trompetas.
En esta visión los siete ángeles hacen sonar sus trompetas para anunciar castigos divinos
que vendrán (ver com. vers. 5-6).
3.
Otro ángel.
Es decir, no uno de los siete ángeles que tienen las trompetas.
El altar.
Cf. Exo. 30: 1-10.
Incensario.
Cf. Lev. 10: 1.
Mucho incienso.
Cf. Exo. 30: 34-38.
A las oraciones.
El cuadro presenta al ángel que añade incienso a las oraciones de los santos a medida que
éstas ascienden al trono de Dios. La escena descrita puede entenderse como símbolo de la
ministración de Cristo a favor de su pueblo (ver Rom. 8: 34; 1 Juan 2:1; cf. PP 370; CS
466-467; PE 32, 252). Cristo, como intercesor, añade sus méritos a las oraciones de los
santos, que por este medio son hechas aceptables ante Dios.
4.
El humo del incienso.
Ver com. vers. 3.
5.
Lo llenó del fuego.
Se produce un cambio repentino en la escena de intercesión. Una vez más el ángel llena su
incensario con fuego, pero no le añade incienso.
Lo arrojó a la tierra.
El significado de este acto es importante para la comprensión de lo que sigue al sonar las
trompetas. Pueden presentarse dos interpretaciones.
De acuerdo con el punto de vista que han favorecido los adventistas del séptimo día, la
cesación del ministerio del ángel junto al altar del incienso simboliza el fin de la ministración
de Cristo en favor de la humanidad, o sea el fin del tiempo de gracia. Las voces, los truenos,
los relámpagos y el terremoto que suceden cuando el ángel arroja el incensario en la tierra,
describen acontecimientos que sucederán al fin de la séptima trompeta, después de la