Página 235 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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acontecimientos políticos y militares sobresalientes de este período. Estos acontecimientos
serán estudiados después en los comentarios de las diversas trompetas.
7.
Granizo y fuego.
Esta gran tormenta de granizo mezclado con relámpagos trae a la mente la séptima plaga
que cayó sobre Egipto (Exo. 9: 22-25).
Tierra.
La tierra con su vegetación es el blanco específico de este castigo (cf. cap. 16: 2). El flagelo
describe muy particularmente la invasión del Imperio Romano por los visigodos presididos
por Alarico. Esta fue la primera de las incursiones teutónicas contra dicho imperio, que
jugaron una parte tan importante en su caída final. Los visigodos comenzaron su invasión
alrededor del año 396 d. C. entrando en Tracia, Macedonia y Grecia, en la parte oriental del
imperio; después cruzaron los Alpes y saquearon la ciudad de Roma en el año 410 d. C.
También saquearon una gran parte de lo que es ahora Francia y finalmente se establecieron
en España.
Tercera parte.
Esta fracción aparece repetidas veces en el Apocalipsis (vers. 8-9, 11-12; cap. 9: 15, 18; 12:
4; cf. Zac. 13: 8-9). Probablemente implica una parte considerable, pero no la mayor parte.
Toda la hierba verde.
Lo terrible de esta tempestad se describe dramáticamente como destruyendo gran parte de la
vegetación de la tierra.
8.
Como.
Sin duda Juan piensa que un monte ardiendo es la mejor representación de la escena que se
está pasando frente a sus ojos. La figura de una "montaña ardiendo" aparece en la literatura
apocalíptico judía (Apocalipsis de Enoc Etiópico 18: 13); pero no se puede comprobar que
Juan tomase de esa fuente para describir el fenómeno que ahora está contemplando. Cf. Jer.
51: 25, en donde el profeta describe a Babilonia como un "monte destruidor" que se
transformará en un "monte quemado".
Mar.
El mar, con la vida que hay en él y sobre él, se presenta como el objeto especial del castigo
de la segunda trompeta (cf. cap. 16: 3).
La catástrofe anunciada por esta trompeta ha sido interpretada como una representación de
las incursiones de los vándalos. Estos, desalojados de su territorio en Tracia por las
incursiones de los hunos provenientes del Asia central, emigraron a través de la Galia (ahora
Francia) y España hasta el norte del África romana, y establecieron un reino con centro en
Cartago. Desde allí dominaban el Mediterráneo occidental con una flota de piratas que
saqueaban las costas de España, Italia y hasta Grecia, y atacaban los barcos romanos. El
punto máximo de sus depredaciones fue en el año 455 d. C., cuando saquearon la ciudad de
Roma durante dos semanas.
Tercera parte.