Página 277 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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(
she'ar
) de las doce tribus y único heredero de las promesas, privilegios y responsabilidades
del pacto que originalmente habían pertenecido a las doce tribus (Isa. 10: 22; ver t. IV, pp.
28-34).
4. Años más tarde Senaquerib conquistó a todo Judá excepto a Jerusalén, la cual es llamada
"residuo". Este "residuo [
peletah
] de la casa de Judá que hubiere escapado" [
sha'ar
] debía
"echar raíz abajo", y daría "fruto arriba" y saldría como "remanente" (
she'erith
) del pueblo
escogido de Dios, su instrumento escogido para la salvación del mundo (2 Rey 19: 4, 30-31;
Isa. 37: 4, 31-32; cf. Isa. 4:2; 10:20). Dios también se proponía "recobrar" el "remanente"
(
she'ar
) de los israelitas y judíos que habían sido llevados cautivos a Asiria, y su propósito
era preparar un "camino para el remanente [
she'ar
] de su pueblo" como lo había hecho antes
cuando sus antepasados salieron de Egipto (Isa. 11: 11-12,16).
5. Cuando el "rey de Babilonia" invadió a Palestina un siglo más tarde, él también dejo
[
yether
;
sha'ar
en 2 Rey. 25: 22; cf. cap. 24: 1] un "remanente" [
peletah
;
she'ar
en 2 Rey. 25:
22] (Eze. 14: 22; cf. ser. 40: 11; 42: 2), que escaparía (
palat
) es decir, que sobreviviría a la
espada, la pestilencia y el hambre que acompañaron al sitio de Jerusalén (Eze. 7: 16). Pero
Jeremías previno que aun una parte de ese "resto" (
yether
; cap. 39: 9) o "el resto [
sha'ar
] de
Jerusalén", que Dios deseaba que quedara [
sha'ar
] en esa tierra, "serían más tarde llevados
a todos los reinos de la tierra" (cap. 24: 8-9). La mayor parte de este "resto" huyó a Egipto,
pero Jeremías previno que "del resto [
she'erit
] de los de Judá que entraron en la tierra de
Egipto para habitar allí, no habrá quien escape [
palit
] ni quien quede vivo para volver a la
tierra de Judá" (cap. 44:14).
6. El Señor prometió dejar "un resto" [
yathar
] de los que fueron llevados cautivos por
Nabucodonosor, que escaparían "de la espada" y se acordarían de Dios en la tierra de su
cautiverio (Eze. 6: 8-9). Un "remanente" (
she'erith
) de los que estaban cautivos (Jer. 23: 3; cf
cap. 31: 7) finalmente escaparía (
palat)
"de la tierra de Babilonia" (cap. 50: 28). Nehemías
habla de los repatriados, como de "judíos que habían escapado [
peletah
]"el remanente,
[
peletah
] los que quedaron [
sha'ar
] de la cautividad" (cap. 1: 2-3). A este "remanente"
(
she'erith
) Dios encomendó todas las responsabilidades y promesas del pacto (Zac. 8: 12; cf.
t. IV, pp. 32-34), pero les advirtió que si quebrantaban de nuevo los mandamientos de Dios,
él los consumiría hasta que no "quedara remanente [
she'erith]
ni quien" escapara [
peletah
]
(Esd. 9: 14).
7. Aparecen muchas referencias al "remanente" (o "resto") dentro de un contexto que
claramente anticipa el reino mesiánico (Isa. 4: 2-3; 11: 11, 16; cf. cap. 11: 1-9; Jer. 23: 3; cf.
cap. 23: 4-6; Miq. 4: 7; cf. cap. 4: 1-8; 5: 7-8; cf. cap. 5: 2-15; Sof. 3: 13).
Una descripción del "remanente" basada en estos y en otros pasajes del AT, identifica al
mencionado grupo como compuesto de israelitas que sobrevivieron a calamidades como
guerra, cautiverio, pestilencia y hambre, pero que fueron salvados por misericordia para
seguir siendo el pueblo escogido de Dios (Gén. 45:7; Esd. 9: 13; Eze. 7: 16). Este "resto" o
"remanente" a menudo era lo que había "quedado [
sha'ar
] unos pocos" de muchos (Jer. 42: 2;
cf. Isa. 10: 22). Cuando se acordaron del Dios verdadero y se volvieron a él (2 Crón. 30:6;
Isa. 10:20; Eze. 6: 8-9), renunciaron a la autoridad de los falsos sistemas de religión (1 Rey
19:18) y dejaron de cometer iniquidad (Sof. 3: 13). Por su lealtad a los mandamientos de
Dios (Esd. 9:14), fueron llamados santos y "registrados entre los vivientes" de Jerusalén (Isa.
4: 3). Al aceptar de nuevo los privilegios y las responsabilidades del pacto eterno de Dios,
echaron "raíces abajo" y dieron "fruto arriba", y declararon la gloria divina entre los gentiles (2
Rey 19: 30-31; Isa. 37: 31-32; 66:19).
Por lo tanto, el "remanente" de los tiempos del AT está compuesto de generaciones
sucesivas de israelitas: el pueblo escogido de Dios. Vez tras vez la mayoría apostató, pero
siempre quedaba un "remanente" fiel que llegó a ser heredero exclusivo de las sagradas